Asertividad: qué es y cómo se mejora - somoscoaching.com
13 julio 2023

¿Qué es la asertividad y por qué es tan recomendable trabajarla? Si quieres mejorar tu vida, esta es una de las herramientas que cualquier coach o psicólogo te ayudará a potenciar. Por eso hemos decidido dedicar este extenso artículo al conocimiento de una habilidad tan deseable.

Y es que, actualmente, tanto para trabajar como para vivir mejor entre amigos, en sociedad o en familia, saber comunicar es una necesidad perentoria y muy recomendable. Por ahí van los tiros simulados de este texto.

Qué es la asertividad

Comenzar por el principio es lo que conviene siempre, y ahí vamos. ¿En qué consiste la asertividad? Vamos a tirar de bibliografía trayendo a colación a un célebre psicólogo y estudioso de esta ciencia, Daniel Goleman.

Según Goleman, la asertividad consiste en la capacidad humana de expresión de sentimientos propios, lo que la convierte en una habilidad social fundamental para el ser humano.

Es decir, podríamos concluir con que la asertividad nos permite expresar ideas, emociones y sentimientos, eso sí, no de cualquier manera. O sea, se ha de trabajar con claridad, con el tono adecuado, para que cuanto decimos sea comprendido de manera meridiana, con respeto, tanto de cara a quienes mejor nos conocen como de cara a quienes no nos conocen tanto. 

Diferencia entre asertividad y pasividad y agresividad

En el campo de la asertividad, tenemos que hacer mención a dos términos muy importantes, que son la pasividad y la agresividad, y tienen una relación vinculante con la manera en la que nos comunicamos. Es decir, son estilos, y hemos de trabajarlos, pues son la forma en la que nos expresamos.

La comunicación pasiva

Por un lado hablaríamos de comunicación pasiva, o sea, la forma de comunicar en la cual llegamos a no defender nuestra postura. Es una manera de hablar en la que no se expresan sentimientos, y si se hace, se hace de pasada, por lo bajini, pues tenemos miedo a que haya consecuencias negativas si hacemos sonar nuestra voz.

Así pues, las personas que usan la comunicación pasiva dejan de expresarse con libertad, por lo que permite que otros le pasen por encima, incapaz de ejercer sus derechos. Esto, como es obvio, acaba por degradar la dignidad de la persona. Muestra inseguridad y miedo, por lo que siempre se siente por detrás de los demás.

La pasividad genera situaciones de estrés elevado. La falta de valor para hacer valer la voz propia impide que nos desarrollemos de manera eficiente, por lo que da lugar a frustración, miedo, ansiedad…

La comunicación agresiva

La comunicación agresiva, por su parte, no es mucho mejor que la pasiva. En este caso, la persona comunica con violencia, imponiendo, nunca convenciendo. Es decir, hace notar que es quien manda, para lo que se enfoca en el yo, como si fuera el único ser que sabe cómo se han de hacer las cosas, con la razón suprema, sin dar lugar a otras opiniones o interpretaciones que pudieran enriquecer el proceso comunicativo y su finalidad.

La persona agresiva no tiene en cuenta lo que opinen los demás, no tiene problemas en pasar por encima de otras personas, le dan igual los derechos de terceros, etc.

Los agresivos suelen lastimar a los demás, ya que no muestran empatía. En cualquier caso, pueden creer que ejercen sus derechos, pero en realidad no lo hacen, pues solo imponen, sin tener en cuenta que no están solos y que viven en comunidad.

La persona pasivo-agresiva

Una curiosa mezcla de ambas situaciones da lugar a una forma de actuar singular, llamada pasivo-agresiva. La misma implica una combinación de factores, ya que la frustración que da lugar de la pasividad se torna en agresividad cuando ya no se puede más y se deja salir la ira y la rabia en forma de agresividad.

La persona pasivo-agresiva suele mostrar una rabia contenida que no sale de manera natural. Eso hace que dicha ira que jamás explota vaya poco a poco acrecentándose de manera peligrosa, provocando un malestar continuado, estrés, ansiedad, envidia y odio por los demás…

La importancia de la asertividad en la comunicación

Cómo nos comunicamos dice mucho de nosotros. Todo el mundo hace una primera aproximación a una persona por diversos motivos. Según se comporta, su tono de voz, su manera de gesticular…

De hecho, más del 90% de nuestra comunicación no es verbal. Es decir, cómo nos movemos y gesticulamos, cómo entonamos, cómo levantamos o no la voz… Todo ello informa más a nuestro interlocutor que lo que realmente decimos en palabras.

Por ello es tan importante comunicar de manera adecuada, adaptando la postura, el tono, etc. No obstante, también es necesario adecuar nuestras palabras al mensaje y discurso que queremos enviar. Ahora bien, es incluso más importante en cómo lo hacemos que el qué decimos. Tenlo siempre muy en cuenta en el momento de hablar con otras personas.

La comunicación actual es muy influyente. Las empresas buscan profesionales con altas capacidades en este espectro, y que hayan trabajado bien la asertividad, dado que es la fórmula ideal para que las ideas lleguen bien a los operarios, colaboradores, clientes, etc.

Una persona pasiva puede incluso no darse cuenta de que le hacen daño, dado que está tan acostumbrada, que lo ve normal. Una persona agresiva hace lo mismo, pero dañando a los demás, sin ser consciente a veces de que lo que dice provoca malestar en su audiencia. Y alguien pasivo-agresivo aúna lo peor de cada caso.

Ante estas situaciones, la asertividad es siempre la mejor solución. Comunicar sin herir, sin dañar sentimientos, sin buscar el daño en la otra persona, pues no es nuestro rival, tampoco nuestro superior, y mucho menos nuestro inferior.

Cómo practicar la comunicación asertiva

Veamos ahora cómo podemos practicar una comunicación asertiva adecuada. Toma nota de estos pasos a dar:

  • Lo primero que hemos de hacer es no mentir. O sea, hemos de ser sinceros con lo que sentimos y, si el momento es emotivo, no esconderlo. Tampoco hay que tapar si sufrimos algún tipo de malestar o molestia.
  • A nivel verbal, hemos de hablar con claridad, de manera que todo cuanto expresemos pueda ser comprendido por la otra persona. Tanto si estamos de acuerdo como si no, conviene no andarse con rodeos, ir directos al grano y expresar nuestra opinión al respecto del tema que se esté tratando.
  • El tono de voz ha de ser firme, pero no elevado, tampoco bajo. Es decir, no se trata de gritar, y tampoco de hablar bajito. Solo hay que buscar nuestra propia voz, con seriedad, comprensible, con un tono adecuado para que se oiga, pero que no parezca cabreada o cabizbaja.
  • En lugar de dar órdenes, incluso consejos, conviene hacer preguntas adecuadas o propuestas. No sientes cátedra, solo opina con firmeza lanzando tus ideas y posibilidades.
  • Mira a los ojos de la otra persona sin miedo. Es importante que te acostumbres a hablar cara a cara con los demás, sin sentirte menos, y tampoco más. Solo sois dos iguales conversando.
  • Asiente a los argumentos de los demás sin interrumpir. Que tengan siempre muy claro que los estás escuchando, que estás ahí, y que te mantienes atento a la conversación. No oigas esperando tu turno para replicar. Escucha y comenta según el cauce de la charla.

Los beneficios de la asertividad

¿Qué logramos siendo asertivos en nuestra forma de comunicar? Veamos cuáles son estos beneficios de los que nos podemos aprovechar con un poco de trabajo mejorando esta capacidad.

Honestidad

La asertividad permite crear una especie de entorno honesto a nuestro alrededor. Las personas asertivas no suelen permitir la entrada en sus atmósferas de hostilidades y agresividades. También animan a los pasivos a abandonar su forma de comunicar para que se animen y se valoren.

Respeto

Igualmente se crean ámbitos de respeto mutuo, logrando que los demás valoren a la persona por lo que es. Además, un individuo asertivo también tiene un respeto propio muy elevado.

Enriquecimiento social

Las personas asertivas suelen disfrutar de relaciones interpersonales muy profundas y productivas. Se debe a que, al establecer comunicaciones saludables, gozan de una buena salud social.

Libertad de expresión

Cuando hablamos de libertad de expresión, nos referimos a la capacidad que tienen las personas asertivas para expresar sus sentimientos y emociones. Son capaces de defender sus derechos y de ser escuchados sin necesidad de levantar la voz, solo hablando de manera sensata y capaz.

Cómo trabajar la asertividad

¿Cómo se puede trabajar la asertividad para que mejore? A continuación, vamos a dar algunas claves útiles para aumentar nuestro empoderamiento y nuestra capacidad comunicativa.

Haz uso del yo

El yo es la mejor fórmula para hablar de tus opiniones. Para que lo entiendas, vamos a poner un ejemplo muy sencillo. Imaginemos que has visto una película y no te ha gustado nada. Estás conversando con tus amigos y expresas tu opinión de forma radical diciendo: “Esa película es una mierda”. Eso puede dar lugar a una discusión porque otras personas hayan disfrutado del film y se puedan sentir insultadas por tus gustos. Por eso se recomienda decir algo así como: “A mí esa película me decepcionó” o “ese film no me gustó en exceso”. Y hazlo sin levantar la voz, solo opinando, sin querer ser ni más ni menos que nadie.

La asertividad es reconocer sentimientos y emociones

Buena parte de ser asertivo consiste en reconocer los propios sentimientos y verbalizarlos. Nos han educado para esconderlos porque se consideran signo de debilidad, y no es así. Por ello, expresa emociones sin problema, te sentirás liberado.

Especifica de forma concreta qué es lo que deseas de los demás

No uses fórmulas confusas cuando quieras que los demás hagan o digan algo, pues no beneficia a la comunicación saludable. Si deseas algo de otras personas, dilo de manera clara y asertiva, así no ofenderás ni darás pie a malos entendidos.

Asertividad es no justificar todo cuanto haces o dices

Tus deseos y tus opiniones son tuyos y no tienen por qué ser justificados porque alguien te lo pida. Hazlo solo si lo consideras necesario o deseable, no porque otros lo exijan, y nunca te sientas obligado a hacerlo.

Habla de las consecuencias

Es evidente que todos los actos tienen consecuencias, positivas, negativas, neutras… Pero las tienen. Sea como fuere, para establecer una comunicación asertiva, conviene dejar claras las consecuencias de lo que queremos. De esta manera, la otra persona sabrá cómo ayudar, qué hacer, y qué beneficios o problemas surgirán de tu petición.

Identifica personas

La asertividad implica también el saber identificar personas. Si necesitamos ayuda, conviene hablar con aquellas que sabemos que estarán dispuestas a aceptar y a echar una mano. Esto es algo que reduce bastante los niveles de estrés y frustración.

Establece límites claros

Tener límites bien claros ayuda igualmente a vivir mejor. Así, todo el mundo sabrá cómo tratarte, y tú sabrás cómo tratar a los demás. Esto facilita mucho las relaciones sociales entre adultos y niños, además.

No pidas disculpas por tus sentimientos

A veces tenemos tendencia a pedir perdón por sentirnos de una forma concreta. No obstante, no está en nuestra mano del todo controlar ello. Así que, si lo verbalizamos, que no sea como una disculpa, sino como una realidad. Eso sí, exprésalo con claridad y comprensión.

La asertividad implica no leer el pensamiento

No des por hecho nada, ni esperes que los demás lo hagan. Los humanos no leemos las mentes, así que no sabemos cómo piensan y sienten los demás. Por ello, expresa cuanto necesites, y pide a los demás que lo expresen. No siempre acertamos con nuestras intuiciones o lo que creemos que puede ser real.

Asertividad y coaching

¿Quieres que mejore tu asertividad? Piensa en el coaching. Un buen coach es un experto que logra que las personas saquen de dentro cuanto llevan. Por eso, son los ideales para que mejores tus capacidades comunicativas.

Recuerda, el coaching puede ser de gran ayuda en la mejora de la asertividad. Si quieres comprobarlo, aquí mismo podrás encontrar a expertos con gran rigor y experiencia que serán un apoyo perfecto para tu avance y desarrollo personal y profesional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

He leído y acepto la política de privacidad

Información básica acerca de la protección de datos

  • Responsable: Zeta Online S.C.P.
  • Finalidad: Gestión de los comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento.
  • Destinatarios: Tus datos serán guardados en Comvive Servidores y Mailchimp, nuestros proveedores de hosting y email marketing.
  • Derechos: Tienes derecho, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos enviando un correo a hola@somoscoaching.com
  • Más información: Puedes ampliar información acerca de la protección de datos en el siguiente enlace:política de privacidad

La conexión emocional digital

26 abril 2024

Equilibrio en coaching digital: innovación y tradición

19 abril 2024

Mentalidad de crecimiento en coaching online

12 abril 2024