Mejorar la comunicación con tu pareja es una constante necesidad. Siempre podemos ir a más, pues esta es una parte vital del bienestar de ambos miembros implicados. Por eso consideramos importante tener en cuenta ciertos consejos que nunca están de más conocer.
Y es que, aunque todas las parejas son diferentes y tienen sus peculiaridades, sí que es cierto que hay cuestiones comunes a todos. Sentimientos, emociones, situaciones…
Además, nadie puede estar en permanente alegría o permanente tristeza. Todos esos vaivenes que sufrimos en el día a día pueden ser trabajados en pareja a través de una comunicación adecuada.
Mantener una comunicación adecuada en pareja siempre implica el uso de las mismas claves. Es decir, ambas partes deben ser abiertas, honestas y sinceras. Han de estar dispuestas a compartir sus sentimientos y emociones. Y, sobre todo, deben mostrar en todo momento predisposición a solucionar problemas, evitar confusiones y a no dejar que el resentimiento anide en su corazón.
Así pues, aquí vamos a tratar estas cuestiones que podemos considerar comunes a todas las parejas. A partir de ahí, cualquier persona las podrá aplicar a su situación en concreto, siendo consciente de las particularidades de su relación y de la forma de ser de ambos miembros.
Queda claro que una comunicación adecuada es básica para que una relación se pueda considerar saludable. Ahora bien, no es fácil, ya que el reto de la convivencia no siempre es sencillo.
En cualquier caso, hay que apostar a todas horas por el acercamiento de las partes, y nunca por el alejamiento. Las diferencias no deben ser clave para apostar por ello y que cada persona considere que no puede o no debe cambiar. Sin embargo, tampoco es acertado estar de acuerdo en todo, aunque en el fondo no se esté, y no se diga para evitar un conflicto.
Además, también hay que saber escuchar. A veces, un monólogo constante enturbia mucho la relación. Y es que, no hay que hilar muy fino para entender que mejorar la comunicación tu pareja exige establecer un diálogo franco y sincero, en el que ambos se escuchan y no se dejan atrapar por sus emociones más radicales, que tienden al secuestro emocional y a evitar que reaccionemos con lógica y con sentido común.
Y, por supuesto, ni que decir tiene que hay que evitar los descalificativos, los insultos y las palabras malsonantes. Es imperativo, pues luego llegan los arrepentimientos lógicos. Así que, lo mejor es no decir nada que sepamos que va a herir a la otra persona, por muy enfadados que estemos.
Además, no hay que gritar. Es común que, si nos dejamos llevar y nos permitimos que nuestras emociones más extremas nos secuestren, tendamos a elevar la voz. Pero hay que tener mucho cuidado con esto, pues hablar más alto no hará que nos escuchen con mayor claridad.
Y es más, debemos evitar también el uso de tonos pasivos, y también los pasivos-agresivos, mucho más perjudiciales.
Si logramos apartar todas estas condiciones, cosa que, entendemos, no es fácil a primera vista, pero se puede hacer, tendremos muchas más posibilidades de establecer diálogos duraderos y sensatos, con una comunicación adecuada, con compromiso por ambas partes y con la capacidad de escuchar y ser escuchados de forma adecuada expresando sentimientos coherentes y cercanos.
Dicho esto y explicados los objetivos, comencemos a establecer los tips que marcarán la forma de mejorar la comunicación con tu pareja y mostrarán un antes y un después en vuestra relación. Toma nota, por favor.
Escuchar no es parecer que atendemos mientras otras personas nos hablan y nosotros pensamos en lo nuestro o estamos preparando nuestra respuesta incluso antes de que el contertulio haya acabado sin que, en realidad, hayamos entendido lo que nos quiere decir.
Para eso, se diferencia entre oír y escuchar. Digamos que oír es algo así como atender sin atender, sin razonar, sin estudiar y analizar lo que la otra persona nos está diciendo.
Por su parte, escuchar sí es hacer un ejercicio crítico de comprensión en relación a lo que una persona nos comenta. Eso se hace de forma activa y empática, poniéndonos en la situación del otro individuo para comprender mejor qué nos quiere decir, por qué es importante, etc.
Tampoco se debe escuchar para llevar la contraria. Es decir, mientras oímos lo que nos dicen, nosotros ya preparamos la respuesta a la defensiva, el ataque o la negativa, sin realmente atender a las razones que aporta la otra parte.
Además, mientras escuchamos, es importante que nos preocupemos por lo que se nos dice. Para ello, podemos demostrar que estamos atentos queriendo saber más sobre el diálogo de la otra parte, aportando soluciones adecuadas y demostrando que estamos ahí, pendientes y preocupados.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que nuestra pareja nos cuenta una anécdota que para ella es importante. Nosotros, aprovechando su historia, comenzamos a hablar de algo que se asocia a dicha anécdota, pero que nos ha ocurrido a nosotros. ¿Qué crees que siente la otra persona?
Pues tenlo en cuenta. Mejorar la comunicación con tu pareja exige una escucha activa y empática, participativa. No aproveches lo que te cuente para hablar de ti, de tus experiencias y de tu libro, como se dice popularmente. Usa esa información para mostrar interés, para preguntarle más sobre su anécdota, para entender por qué es importante y por qué le ha marcado. Así, además, la conocerás más y mejor, y eso potenciará vuestra relación y vuestra unión.
Es importante que tu pareja se sienta querida y se sepa valorada. ¿Cómo se consigue? Con una buena comunicación en la que no tengas reparos en hacerle saber que la quieres, que la estimas, y que es mucho y muy poderoso lo que sientes por ella.
No des por sentado nunca que la otra persona sabe lo que sientes por ella. De hecho, evita situaciones en las que mostramos excesiva facilidad para demostrar lo que nuestra pareja hace mal, pero poca para enseñar lo que hace bien, que seguro que es mucho, pero a veces damos por sentado.
Si la persona con la que compartes tu vida se muerde las uñas, es normal que se lo hagas saber. Es una costumbre que, a nivel estético y, sobre todo a nivel saludable, no es buena. Ahora bien, igual que no tienes problema para hacérselo saber, tampoco lo debes tener para que tu pareja tenga claro que la quieres, que es un pequeño fallo fácilmente subsanable, y que hay mucho más bueno en ella que malo.
Un hábito positivo en estos casos es ver el vaso siempre medio lleno. Es decir, si remarcamos algo negativo, lo podemos hacer añadiendo algo positivo. Por ejemplo, hablando con buenas palabras, sin elevar el tono, y mostrando qué puede hacer esa persona para evitar hacer eso malo, dando ideas y tips para que sepa cómo cambiar de actitud. Así se logra mejorar la comunicación con tu pareja, y con cualquier persona que te importe.
Tendemos a asociar el discutir con algo negativo, y no tiene por qué ser así. Es decir, el arte de la discusión es saber exponer ideas y puntos de vista diversos sin que eso se tenga que convertir en algo necesariamente personal.
Así pues, no entendamos que, cuando discutimos, la otra persona es nuestro rival. Tampoco lo llevemos todo al terreno personal, como si nuestro interlocutor solo quisiera enfadarnos y hacer que nos sintamos molestos. No tiene por qué ser así, o nosotros al menos debemos evitar que así sea.
De hecho, en la medida de lo posible, hemos de mantener la cabeza fría y lógica. Además, tendremos que actuar con empatía. Y, por supuesto, evitaremos decir cosas de las que tarde o temprano nos vamos a arrepentir, especialmente cuidando el tono, sin gritar, sin elevar la voz, sin buscar hacer daño.
Siempre van a aparecer los desacuerdos. Pero está en nuestra mano solucionar todo si hay buena voluntad y ganas de hacerlo. De eso no debes tener duda, y te lo has de aplicar para mejorar la comunicación con tu pareja.
Jamás utilices palabras extremas. Es decir, aleja los insultos, las descalificaciones y las frases lapidarias que no dan pie a réplica. También conviene evitar otros términos, como nunca, siempre, no… Es decir, todo lo que sea generalizar, exagerar, etc.
Aceptemos que no siempre acertamos, que no somos un dechado de virtudes y que también nos equivocamos. ¿Has pensado que ciertas actitudes de tu pareja puedan estar provocadas por ti, por tu actitud, por cómo la tratas o por cómo te comportas tú?
Antes de entrar a una discusión, conviene que hagamos un examen de conciencia propio. Veamos en qué nos equivocamos, qué podemos hacer mal o qué podría estar provocando la actitud de la otra persona. A partir de ahí, podemos conversar, aceptar nuestra parte de culpa y entender que cuanto ocurre no es cosa de uno, sino de dos.
Mejorar la comunicación tu pareja exige un alto grado de autoconocimiento y autoaceptación. A partir de ahí, tenemos un punto desde el que arrancar para solucionar los problemas que aparezcan haciendo uso del sentido común y el diálogo adecuado.
También mejorar la comunicación con tu pareja exige que la conozcas lo máximo posible. Hoy en día, tendemos a ensimismarnos mucho en nosotros mismos, sin dar importancia o valor a quienes nos rodean.
¿Qué apasiona a la persona con la que has elegido compartir tu vida? Son detalles muy importantes, ya que, para mejorar la comunicación con tu pareja, merece la pena conocerla en profundidad para enriquecer la relación.
A veces damos por hecho que la otra persona sabe lo que pensamos y lo que sentimos. Pero no es así. Por tanto, conviene no dar por hecho que nuestra pareja tiene la obligación o la capacidad de interpretarnos siempre.
Es cierto que hay tonos de voz, gestos y lenguaje corporal que dicen mucho de uno mismo. Pero eso no significa que nuestra pareja deba estar siempre ojo avizor para interpretar cada detalle, para entendernos a las claras si antes no le hemos dicho con meridiana sinceridad en qué pensamos o qué sentimos.
Recuerda, si algo te molesta, háblalo para resolver el conflicto. Y hazlo con sinceridad, sin entrar en contradicciones que provocan las malas interpretaciones de la realidad.
Mejorar la comunicación con tu pareja no incluye aplicar actitudes defensivas a las conversaciones. Evita siempre esta forma de actuar, pues si hablas de temas sensibles con la otra persona, no los debes interpretar como que te está atacando o te está culpabilizando de nada.
No tendamos a decir algo por el simple hecho de herir a la otra persona o porque nos hemos sentido atacados. A veces es difícil, pero antes de reaccionar de forma automática como si nos defendiéramos, es mejor pensar, no malinterpretar, dejar pasar un rato, actuar con cierta frialdad, no al calor de los secuestros emocionales instantáneos.
Si optamos por preguntas cerradas que apenas dan un par de posibilidades de respuesta, tal vez no obtengamos la información que deseamos. Quizás, para mejorar la comunicación con tu pareja, sea óptimo apostar por cuestiones abiertas, que permitan respuestas más razonadas, específicas, y que, a su vez, te permiten explorar más y mejor los sentimientos y los pensamientos de la otra persona, quien, en definitiva, no es tu enemigo, ni mucho menos.
Ten siempre en consideración estos 9 tips para mejorar la comunicación con tu pareja y ponlos en práctica en todo momento. Pero, si ves que no eres capaz o que te faltan herramientas, no olvides que el coaching puede ser de gran ayuda en esta fase de tu vida. Contacta con uno de los profesionales de nuestro catálogo y aprende de expertos con amplia experiencia demostrable.
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