Cómo reducir el estrés - somoscoaching.com
22 diciembre 2022

Esta es una pregunta que muchos clientes hacen a sus coaches: ¿Cómo reducir el estrés? Una vez ha llegado para quedarse, no es nada sencillo. De hecho, a medida que se hace más intenso y perseverante, combatirlo es cada vez más complejo, pudiendo desencadenar en casos extremos cuadros de ansiedad, depresión, etc.

Ahora bien, tampoco tiene por qué ser dramático, pues es posible lograr incluso que el estrés no llegue a aparecer, o que lo haga de forma muy somera y limitada.

El manejo del estrés

Pensemos en el estrés como en una herramienta. En un momento dado, todos podemos estar estresados. En pequeñas dosis y de forma más o menos controlada, incluso es bueno, pues nos permite reaccionar ante una situación concreta que exige especial atención. Es decir, frente a cambios y desafíos, necesitamos esas dosis de estrés.

Por desgracia, hoy en día se encuentran muchos cuadros en los que el estrés aparece para quedarse, y no se va durante días, semanas e incluso meses y años. Obviamente, esta es una alteración de nuestra mente y de nuestro organismo muy perjudicial si se alarga en el tiempo.

Descubre cómo reducir el estrés

Puede llegar a ser normal, o verse de tal manera, e incluso aceptado de forma social, que vivamos estresados. Hay muchas distracciones en la actualidad que así nos llevan a reaccionar: trabajo, familia, pagos, responsabilidades, falta de tiempo libre, sedentarismo, sueño pobre o insuficiente…

Así pues, para poder reaccionar, lo primero es conocer cuáles son las señales típicas que nos pueden indicar que sufrimos un cuadro de estrés:

  • Facilidad para enfadarse: podemos pasar todo el día enojados, aunque no haya motivos reales y objetivos para ello.
  • Estar siempre irritable: saltamos a la más mínima, todo nos enfada, discutimos por cualquier tontería…
  • Falta de sueño: es común que nos cueste conciliar el sueño, y que acabemos por recurrir a medios químicos.
  • Dolores físicos: el estrés también viene acompañado cuando se alarga en el tiempo de malestar estomacal, de dolor de cabeza, etc.

Situaciones estresantes

Una vez conocemos las señales, reducir el estrés implica identificar también qué sucede a nuestro alrededor que nos lleva a estar en tensión, y a no poder relajarnos.

Estos casos los hemos de buscar en nuestro entorno social. Por ejemplo, un hijo con el que tenemos mala relación, peleas constantes con nuestra pareja, convivencia no adecuada con compañeros de piso, problemas con los compañeros de trabajo o con el jefe, incluso con compañeros de clase en caso de niños y jóvenes…

Otras situaciones que amplían la constancia del estrés son los problemas continuos de salud, propios o incluso de gente cercana que nos importa, falta de dinero, querer pareja y no encontrar a la persona adecuada…

Identificadas estas situaciones que nos producen estrés, hemos de lidiar con ellas buscando fórmulas saludables que nos lleven por el camino correcto.

Aquí es cuando un coach profesional más y mejor nos puede ayudar. Conociendo los mecanismos y resortes de nuestro cerebro que reaccionan de forma inadecuada a estos cuadros estresantes, podrá guiarnos durante el proceso de coaching para reducir el estrés de la manera más interesante según las capacidades y necesidades de cada cliente.

Reducir el estrés de forma poco saludable

No son pocas las personas que acuden a medios poco saludables para intentar reducir el estrés. Entre las fórmulas más comunes, encontramos las siguientes:

  1. Comer en exceso y con alimentos poco saludables: es común que algunas personas se excedan con los dulces, los chocolates con demasiada azúcar, las hamburguesas y la comida basura…
  2. Fumar: el tabaco, aunque pueda parecer un relajante temporal a corto plazo, provoca el estado contrario. Dado que es adictivo, producirá sensación de necesidad, por lo que fumaremos otro, y otro, etc.
  3. Alcohol: el consumo continuado y diario de alcohol, incluso si la cantidad es pequeña, también puede provocar malestar psicológico, aumentando el nivel del estrés.
  4. Consumo de drogas: tampoco se recomienda el consumo de drogas, ni siquiera si son legales.
  5. Sueño inadecuado: tanto dormir demasiado poco como hacerlo en exceso va a producir cuadros de estrés de elevado.

Descubre cómo reducir el estrés de forma saludable

Dicho lo cual, vamos a comenzar a hablar de las formas que tenemos a mano para reducir el estrés de manera sencilla y, sobre todo, saludable.

Reconocimiento de los cambios

No siempre podemos cambiar todo en nuestra vida, pero seguro que hay muchos más elementos de los que intuimos que podemos cambiar. Pongamos un ejemplo: tenemos un trabajo que nos agobia y nos quita muchas horas de disfrute. Si no hay posibilidad para reducir la jornada laboral, siempre tendremos la opción de hacer un cambio y buscar otro empleo que se adapte mejor a nuestras necesidades.

Así podemos encontrar muchas posibilidades que reduzcan el estrés, como disfrutar de más tiempo libre, cambiar nuestra forma de actuar y de reaccionar ante las vicisitudes de la vida y, así, un largo etcétera.

En cualquier caso, analiza tu vida y tu mundo con tranquilidad, en profundidad, y busca aquello que requiere de cambio. Solo vas a vivir una vez, ¿por qué hacerlo sufriendo y con estrés constante?

Evita toda situación que te provoque estrés

Si sabes que algo te estresa, ¿por qué no evitarlo en la medida de lo posible? Si sabemos que vivimos en un estrés constante, tendremos que aspirar a no enfrentarnos a situaciones que lo vayan a provocar y elevar.

Vamos a poner un ejemplo que facilite la visualización de este punto. Imagina una cena con la familia. Tienes claro que hay personas con las que es mejor no tocar ciertos temas de conversación para que no surjan discusiones y posibles rencillas. En estos casos, incluso si nos han provocado, hay que evitar con todas nuestras fuerzas entrar en la pelea dialéctica. Si hace falta, conviene levantarse de la mesa y dar un paseo, que nos dé el aire, etc.

¿Sabes ya cuáles son esas situaciones que te generan estrés? Pues aprende a evitarlas cuanto antes para que no te afecten en demasía.

Ejercicio físico

Hoy en día, vivimos en una sociedad muy sedentaria. Muchos trabajos exigen estar todo el día sentados delante de un ordenador, por ejemplo. Y, después, cuando llegamos a casa cansados, solo queremos tumbarnos en el sillón y ver la tele.

Pues bien, reducir el estrés implica mantener una vida activa y saludable. Para ello, lo mejor es hacer ejercicio de forma periódica, siempre de acuerdo a nuestro tiempo y libre y nuestras capacidades y posibilidades.

Ayuda mucho a rebajar tensiones el deporte en equipo, con amigos, como puede ser el fútbol, el baloncesto o el voleibol. Otras prácticas interesantes son el pádel, el tenis, etc. Sea como fuere, siempre puedes salir a correr, ir al gimnasio, hacer algo en casa, como la bicicleta estática, o incluso salir a caminar a buen ritmo.

En todo caso, como mínimo deberíamos practicar actividad física en sesiones de unos 20 o 30 minutos y no menos de tres veces por semana, ya sea caminar, nadar, correr, bailar…

Es importante también que la actividad que elijamos nos resulte divertida y atractiva, así se disfruta más y es más eficaz.

Cambios de perspectiva en la forma en la que vemos el mundo

Este es un paso clave para reducir el estrés. La forma en que vemos la realidad que nos rodea nos capacita para reducir los niveles de ansiedad y alteración. Si nos dejamos llevar por constantes impactos negativos, el estrés crecerá. Si logramos convertirlos en pensamientos positivos, podemos mejorar.

¿Cómo lo haremos? Ante situaciones desagradables, podemos adoptar una actitud positiva, propositiva, de visión como desafío, y no como escollo casi insalvable. Así es como reemplazamos pensamientos negativos por positivos.

Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Hay un asunto que no esperábamos, y tendemos a pensar: “todo me sale mal”. En su lugar, lo podríamos cambiar por un pensamiento tal como: “es un desafío. Pensemos en la mejor manera de superarlo y aprender”.

Sin duda, cambiar este sistema de creencias no es nada fácil. Pero se puede superar porque tenemos la capacidad para hacerlo, aunque no sea sencillo.

En este aspecto, un profesional del coaching, por ejemplo, se puede convertir en un apoyo magnífico, en un guía y en un experto que nos muestre cómo podemos extraer todo el potencial que llevamos dentro, pero que no somos capaces de poner en valor porque nos faltan los conocimientos para atajar en este proceso.

Haz actividades que disfrutes

Las actividades que disfrutamos y que nos gustan son excelentes ejercicios para reducir estados estresados. Si tenemos el ánimo decaído, pensemos en algo con lo que pasar el tiempo libre, por ejemplo, con amigos, leyendo un libro, escuchando música, jugando con nuestros hijos, viendo una película o una serie, cenando o comiendo con nuestra pareja o lo que sea que nos atraiga y nos sirva como pasatiempo.

Estas actividades hacen que nuestro cerebro genere neurotransmisores positivos, que aportan bienestar, llamados de la felicidad, reduciendo la generación de los negativos que provocan los estados estresados.

Aprender a relajarse

Quien no lo haga de forma habitual, tendrá serios problemas para relajarse. Sin embargo, reducir el estrés exige conocer ciertas técnicas que nos ayudan en este sentido.

Las técnicas de relajación reducen el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, lo que, además de tranquilizarnos, es bueno para nuestra salud.

Hay diversas técnicas muy útiles en este sentido, como las respiraciones profundas y continuadas con lentitud, el yoga, el taichí, el ejercicio físico suave, la meditación o incluso una buena lectura.

Conectar con los seres queridos

Una conexión a nivel profundo con un ser querido de nuestra máxima confianza también es una actividad fantástica para reducir el estrés. Es una acción muy recomendable para sentirse bien, para desconectarse de aquello que nos provoca estrés, y una manera adecuada de compartir la carga.

En la vida, y dado que somos seres sociales, recibir ayuda siempre es bueno y recomendable. Por eso, un buen amigo, un familiar cercano o una persona de nuestra confianza será una figura excelente para que nos aconseje, nos apoye y nos sea útil para compartir las cargas del día a día.

Sueño y descanso adecuado

La falta de descanso adecuado, el poco o excesivo sueño y la nocturnidad suelen ser elementos que también aumentan los niveles de estrés. Por ello conviene mantener la vida ordenada, no saltándose los ratos de dormir, que será de 7 a 9 horas durante la noche, mientras no hay luz en el exterior.

Podemos aprovechar el momento de descanso tras la comida para echar también una siesta breve, de no más de 20 o 30 minutos. Así, nuestro cuerpo y nuestro cerebro estarán en forma y dispuestos y listos para afrontar cualquier inconveniente. Cuanto más lúcidos, menos estrés y más energía para hacer frente a los problemas.

Dieta saludable

Reducir el estrés implica mantener una dieta siempre saludable. Ya sabemos que el tabaco, las bebidas alcohólicas o con exceso de azúcar, así como las comidas basura con mucha grasa, fritos y demás no son buenas en absoluto para nuestro bienestar.

Dicho esto, los azúcares y los refrigerados, así como los fritos y los productos grasos también ayudan a mantener elevados los niveles de estrés. De ahí que sea necesario cambiar la alimentación y optar por una dieta saludable rica en vegetales, verduras, frutas, grano integral y con poco lácteo, grasa y proteína magra.

Di que no cuando sea necesario

Puede parecer poco importante, pero no lo es en absoluto. Decir que no cuando sea necesario también es una costumbre que ayuda a reducir el estrés. Y es que, si tenemos demasiadas tareas encima, y para colmo aceptamos más por no quedar mal o porque no sabemos decir que no, quien se sentirá mal será uno mismo, y eso acaba por generar estados más estresados.

Recuerda todos estos consejos para saber cómo reducir el estrés. Y no olvides que en esta plataforma cuentas con la ayuda de un buen número de coaches profesionales que te podrán echar una mano cuando lo necesites. Disfruta de tu vida y no permitas que los agobios y la ansiedad te estropeen un bonito día tras otro.

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