Vamos a conocer la importancia de las vacaciones para la mejora del rendimiento. Y es que, si eres de esos que piensa que descansar no sirve para nada, presta atención, pues la ciencia, la medicina, el coaching y la psicología te van a llevar la contraria basándose en datos y estudios pormenorizados.
A veces, casi sin querer, entramos en tal vorágine laboral que dejamos de ser nosotros mismos. Son las responsabilidades las que toman el control de nuestra mente y, por ende, también de nuestro cuerpo.
¿Has sentido alguna vez la sensación de que no puedes dejar el trabajo ni un segundo? Es decir, te debes tanto a tus responsabilidades y a tus clientes que no encuentras tiempo para ti, para tu esparcimiento, diversión y conexión.
Es más común de lo que parece. Sin embargo, actuar así tiene un impacto muy negativo en tu mente. Y, si tiene impacto negativo en tu mente, también lo tendrá en tu desempeño y en tu productividad, que irán en descenso de forma progresiva.
Lo mismo sucederá si tienes trabajadores a tu cargo y no les das unos días de asueto de vez en cuando. Cada vez serán menos productivos, se equivocarán más y mostrarán un desempeño menos activo.
Todo esto, además, genera altos niveles de estrés. El estrés, como ya hemos visto en otros artículos, genera una peor salud física y mental de la persona. Incluso puede desencadenar cuadros médicos realmente negativos, como depresión, problemas estomacales, migrañas, etc.
Por todo ello, debemos planificar las vacaciones. Un descanso adecuado que permita desconectar de las responsabilidades no solo es deseado, también es necesario.
A nivel psicológico, emocional, físico… Las vacaciones son necesarias siempre. Imaginemos que somos un aparato electrónico que funciona con una batería. A medida que la usamos más y más va perdiendo capacidad, no llega al máximo de su carga y requiere de más tiempo para estar cargada al máximo de su capacidad en cada momento.
Digamos que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionan de manera parecida. A medida que pasa el tiempo nos cuesta más centrarnos, nuestro organismo requiere de más tiempo para recargar y tener energía y nuestro cerebro también precisa de varias horas de sueño y varias de descanso para regresar a su estado óptimo de lucidez y capacidad.
¿Cómo podemos recargar las pilas de nuestro cuerpo? Lo has adivinado, con el descanso correcto. Y eso se consigue, no solo con los dos días de reposo que tenemos en los fines de semana. Llegado un momento, necesitamos al menos una semana, y si pueden ser dos, tanto mejor, y seguidas, para que nuestro cuerpo y nuestro cerebro desconecten de verdad de su rutina, de su día a día y de sus responsabilidades laborales y familiares, pues todo cuenta, suma y va cargando el malestar, el estrés, etc.
Por todo eso, cuando hablamos de beneficios de las vacaciones, podemos destacar unos cuantos que seguro que comprendes bien.
Ya lo hemos comentado, pero lo repetimos, pues es muy importante tenerlo muy en cuenta. Los efectos sobre la salud son notables. Tanto el cuerpo como la mente se relajan, desconectan y se equilibran, lo que mejora el estado de ánimo de cara al presente y al futuro.
La relajación y la desconexión permite que se ocurran ideas que antes ni pensábamos ni éramos capaces de imaginar. Cambiar de entornos, salir de la rutina y divertirse facilita que veamos nuevas formas de hacer las cosas. Por eso, cuando estamos tranquilos y relajados, nuestra mente tiene más posibilidades de pensar e innovar.
Hoy en día, los departamentos de recursos humanos buscan profesionales capaces de resolver problemas de forma creativa y diferente. Ello merece una interpretación distante a lo que se ha hecho siempre ante tales problemas. De ahí que, al descansar y mantener una mente más lúcida, resulta más sencillo encontrar opciones de arreglo a problemáticas que se presenten en el día a día.
Trazar planes eficaces, encontrar objetivos valiosos, saber relativizar las contradicciones y localizar nuevas perspectivas para abordar los obstáculos son elementos de alta necesidad para cualquier proyecto.
También nuestro cerebro se va a ver revitalizado gracias a las vacaciones. Y es que, dado que es un órgano de materia plástica, se alimenta de experiencias que crean nuevas conexiones entre neuronas. Por todo es ve que los nuevos retos que aparecen a diario le dan vida. Así pues, se enriquece, mejora su adaptabilidad y se vuelve más plástico y creativo con el descanso y la desconexión.
También se consigue una lucha eficaz contra los síntomas de la depresión. El estrés, la ansiedad y otras situaciones excesivas podrían desembocar en esta afección tan peligrosa.
Los viajes, siempre que dejemos nuestras preocupaciones atrás, nos ayudan a regular las emociones. Nuestro cerebro segrega neurotransmisores positivos, lo que hace que se eleve nuestra autoestima.
Así, aprendiendo a controlar las emociones, sabremos también sobreponernos a todo tipo de avatares del día a día. Es una fórmula ideal para estar en buen estado mental y afrontar la jornada con una correcta regulación emocional.
Desconectar de vez en cuando, escapar de esos espacios rutinarios y marcharnos dejando atrás las inquietudes laborales ayuda y mucho a mejorar en este punto. Y eso se consigue con varios días de descanso de forma continuada, es decir, con vacaciones.
Mucho cuidado, ya que tomar vacaciones por sí solo no sirve de nada si no se hace bien. Es decir, podemos cometer ciertos errores que harán que estos espacios de descanso y desconexión no sean realmente útiles y, en última instancia, no sirvan para nada. Por eso, queremos comentar algunos errores típicos y comunes que mucha gente comente mientras está en sus días vacacionales. Toma buena nota de ello.
Si estás de vacaciones, estás de vacaciones. No le dediques una hora al día a cosas de trabajo, no estés a todas horas respondiendo llamadas de compañeros que no saben cómo hacer esto o aquello…
Si actúas de esta forma, ten por seguro que las vacaciones no te van a servir de nada. Y es que estos días hay que aprovecharlos para descansar por completo y para desconectar absolutamente. De no hacerlo así, quien pagará las consecuencias serás tú.
Cuando programamos unas vacaciones como si fueran un trabajo, al final pierden parte de su encanto. Esos listados, esos lugares que visitar, esos viajes perfectamente perfilados para hacer… Todo ello es erróneo, pues al final acabamos por sentir fatiga, hastío e incluso rutina. No será del trabajo, pero será de la vida igualmente.
No satures tu tiempo libre con actividades constantes y programadas. Más actividades no equivalen a más calidad, ni a más desconexión, ni mucho menos a mejor y mayor descanso. De hecho, podrían provocarte más estrés.
El sueño de calidad siempre es necesario. Si estamos en vacaciones, es más importante todavía si cabe. Trata de mantener cierta rutina de sueño para que tus ritmos circadianos y la producción de melatonina de tu cerebro no se vean demasiado afectados.
Así pues, el objetivo del tiempo de descanso debe ser disfrutar, recuperarse y descansar, como su propio nombre indica. Si dedicamos cada uno de los días a tomar comidas pesadas combinadas con alcohol y a trasnochar en exceso, el resultado distará de ser óptimo.
Nuestras rutinas no tienen por qué ser únicamente laborales. A veces, en casa nos vemos abocados a continuar con un ambiente desbocado de hacer cosas preparando la comida, limpiando, cuidando de los niños…
Si queremos desconectar del todo, en casa también hemos de cambiar esto. No te dediques todo el día a limpiar y ordenar. Es más, haz cosas que se salgan de la norma. Improvisar, salir a pasear, hacer deporte, ver una película, ir al cine… Todo cuanto nos saque de los hábitos del día a día será positivo para que nuestra mente desconecte.
En ocasiones, el dinero parece caernos del cielo mientras estamos de vacaciones. Este es un error, pues si gastamos más de lo que podemos y tenemos, el resultado será más estrés por la falta de dinero futuro.
Si descontrolamos en exceso las finanzas nos podemos ver abocados a situaciones muy desagradables en el futuro, incluso peores que antes de tomar las vacaciones. Tenlo muy en cuenta cuando pienses en tus periodos de descanso.
Dicho lo cual, si nos lo permites, nos gustaría darte algunos consejos para disfrutar en plenitud de esos días de descanso que tanto te mereces.
Pierde el miedo a la improvisación. Si surge algún plan que te apetece, siéntete flexible y hazlo siempre que te lo puedas permitir. Recuerda que estos periodos estarán llenos de imprevistos no planificados. Si no abrimos nuestra mente para hacer lo que surja que nos apetezca, estamos restando calidad a nuestros tiempos de descanso.
Aprende a dejarte llevar para gozar de todas las experiencias óptimas de disfrute que la vida te ponga por delante. Si no lo haces en tu tiempo libre, ¿cuándo va a ser?
El cambio de mentalidad durante el periodo vacacional es clave para disfrutar de esta época maravillosa en la que nos sentimos más libres que nunca. Por eso es tan importante desconectar de la rutina por completo. Como se dice de forma popular, es el momento de cambiar el chip y vivir el descanso a tope libre de responsabilidades profesionales.
En efecto, las vacaciones nos muestran el momento ideal para arriesgar, para innovar, para hacer algo diferente. No tiene por qué ser loco o arriesgado, tan solo probar cosas nuevas. Esto, además de positivo para la desconexión, también favorece nuestra creatividad.
Si bien las vacaciones no tienen por qué estar completamente planificadas, sí es bueno prevenir los conflictos para evitarlos en el futuro. Hablar con tu familia, programar actividades de ocio si es necesario, trabajar de manera colaborativa… Pero, sobre todo, hacer aquello que gusta al grupo al completo sin que haya problemas o personas que no se sientan bien. Cuanto mayor entendimiento haya en el equipo, mejor saldrá todo y menos obstáculos encontraréis.
Quizás esta sea la labor más complicada. Si hemos disfrutado de un periodo vacacional excelente y hemos desconectado a lo grande, volver al trabajo y a la rutina puede ser problemático.
El síndrome postvacacional existe. Si aparece, todo lo que hemos hecho por ganar energía y optimismo se irá. Así pues, si es posible, hagamos un regreso lento y progresivo, tratando de volver a ajustar nuestros ritmos.
Es decir, los primeros días de trabajo, tómalos con calma. Poco a poco volverás a coger velocidad de crucero con tu empleo. No obstante, no trates de abarcar todo desde el primer día de vuelta porque será perjudicial.
¿No sabes disfrutar tus periodos vacacionales a lo grande, como te mereces? Entonces, es muy posible que alguno de nuestros coaches te pueda ser de gran ayuda. aprovechar estos descansos para optimizar el aprovechamiento es tan importante como ser productivo al máximo en nuestro día a día. No lo dudes ni por un momento.
Un coach es una persona con los conocimientos adecuados para que los coachees o clientes que confían en sus servicios exploten todas sus capacidades. Con una metodología específica personalizada para cada individuo, cualquier persona que apueste por esta ayuda profesional podrá explorar y disfrutar su máximo potencial a todos los niveles, tanto personales como laborales.
Así pues, ahora que conoces la importancia de las vacaciones para la mejora del rendimiento laboral, no dudes en ponerte manos a la obra. Trata los periodos vacacionales con el respeto que se merecen y explótalos al máximo. Si quieres optimizar tus capacidades, no dudes de que esta es una opción necesaria.
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