Salir a correr es un hábito saludable muy recomendable. Ahora bien, hasta que no se convierte en rutina, es lógico que cueste trabajo. Por eso queremos darte algunos consejos, para que te resulte más sencillo.
Seguro que sabes, y si no eres consciente te lo decimos nosotros, de la importancia de la actividad física regular. Es necesario lograr un nivel adecuado a nuestras posibilidades para mantener nuestro organismo vital y en buena forma.
Añadir que, además, el deporte es una herramienta excelente para reducir el estrés y los altos niveles de ansiedad. Así que, si estás buscando algo que te permita mantenerte en forma y que aumente tu felicidad, salir a correr podría ser una buena opción.
Vamos a elevar nuestra calidad de vida. Esta actividad es muy simple, ya que solo requiere de ropa adecuada y un espacio en el que practicar. Si no quieres salir a la calle, puedes comprar una cinta y hacerlo en casa. Si prefieres utilizar tu barrio o vives en las afueras, aprovecha para disfrutar de buenas vistas si el lugar lo merece.
Aunque pueda parecer un tema baladí, no lo es en absoluto. Es importante que usemos ropa adecuada para correr. Por ejemplo, las prendas de algodón no son buena idea. Si bien son frescas, se humedecen con el sudor y no son nada transpirables, por lo que harán que la experiencia pierda calidad.
Si quieres correr en condiciones, compra la ropa técnica adecuada y especializada. Unos pantalones cortos a tono, una camiseta transpirable, unos calcetines que ajusten bien y el calzado especial para correr. No hace falta mucho más. Eso sí, puedes ir, por ejemplo, escuchando música en tu teléfono móvil, por lo que estaría bien adquirir un adaptador que puedas llevar en el brazo. Y tal vez no estaría de más alguna bolsita o pequeña riñonera en la que guardar las llaves y tu identificación personal.
En cuanto tengas todo, ya no habrá nada que te retrase. Así, con el equipo completo y adecuado, verás que correr es mucho más divertido y llevadero.
Los expertos suelen recomendar las primeras horas del día para la actividad física. Son más frescas y te dan energía para afrontar el resto de la jornada. Nuestro organismo se activará, rendiremos más y nos cansaremos menos. Todo ello reforzará la motivación también.
Ahora, igualmente es cierto que cada persona tiene sus necesidades. Tal vez tienes niños y las mañanas en tu casa son algo caóticas y las prisas tienen prioridad. En ese caso, deja la actividad física para la tarde, cuando cae el sol, especialmente en temporadas que sean muy calurosas.
En realidad, aunque haya un horario óptimo para correr, lo importante es que lo hagas en cualquier momento. Si no puede ser en las horas más adecuadas, prueba en otras, pero prueba. Tu cuerpo y tu mente te lo van a agradecer.
Puede parecer contradictorio, o tal vez obvio. Sin embargo, en efecto, para acostumbrarse a salir a correr es bueno tener una dieta adecuada. Y es que, será por medio de la alimentación correcta que lograremos encontrar la energía necesaria para la actividad física.
Una dieta buena tendrá todo tipo de nutrientes en su justa medida. Sobre todo, las vitaminas y los macronutrientes, que es donde nuestro organismo encuentra cuanto necesita para el ejercicio.
Una opción positiva para mantener tu dieta en orden es basarte en el Plato de Harvard. A partir de ahí podrás diseñar un plan de comidas adecuado para que cada día seas capaz de correr más y más kilómetros sufriendo menos desgaste.
Conviene calentar la musculatura antes de comenzar a correr. Jamás se puede empezar a realizar ejercicios físicos en frío, sin que el cuerpo haya ido, poco a poco, cogiendo el tono. Es necesario para evitar lesiones y contratiempos.
Para que te resulte más cómodo, puedes calentar en casa haciendo estiramientos. Con algo de espacio podrás poner tu organismo a tono.
Una vez termines de correr, recuerda hacer también unos minutos de estiramientos para que tus músculos doloridos vuelvan a su estado de reposo.
Mantenernos en forma requiere que tengamos un control médico exhaustivo, especialmente a ciertas edades. No todas las actividades físicas son buenas para todo el mundo. Por eso, no olvidemos que correr implica un desgaste físico enorme, sobre todo si el ejercicio se realiza durante un gran lapso de tiempo.
Así pues, sobre todo si notas complicaciones mientras corres, recuerda acudir a tu médico de cabecera o confiar en tu doctor si tienes seguro privado. Así sabrás que el ejercicio realizado realmente está surtiendo efecto y te está haciendo sentir mejor.
Hemos hablado de estiramientos y calentamiento antes. En ciertos casos, puedes hacer un ejercicio suave, pero de mayor intensidad, más acorde a lo que se conoce como estiramiento.
Sobre todo conviene hacer énfasis en las partes del cuerpo que vamos a usar durante la actividad. En este caso, como es lógico, priorizaremos el tren inferior.
Si bien esta parte del ejercicio no es fácil hacerla en casa a no ser que tengamos una cinta para correr, podemos optar por el trote o la carrera suave durante diez minutos. De esta forma, nuestro cuerpo previene lo que está por venir y se va adaptando poco a poco al ejercicio de mayor intensidad que estás a punto de hacer.
Después del calentamiento, el estiramiento y el ejercicio suave, ya puedes ponerte a correr a mayor velocidad y con más intensidad. Así evitas lesiones y optimizas los ejercicios.
Recuerda que, al terminar la carrera, conviene que hagas lo mismo en orden inverso para que tu organismo vuelva a su situación de reposo de forma adecuada.
Recuerda que esto no es una competición ni una carrera contra nadie. Así pues, tú tienes que encontrar tu ritmo propio. O sea, crea tus rutinas personales, corre a la velocidad que te puedas permitir, haz recorridos que te gusten y durante el tiempo que consideres necesario y productivo y descansa siempre que lo necesites. Por lo general, es seguro que no te estás preparando para una maratón ni nada por el estilo, así que solo has de ser competitivo contigo mismo.
Por tanto, para evitar el caer en situaciones de desmotivaciones, debemos plantear siempre unos objetivos muy sensatos y realmente conseguibles. No merece la pena que nos queramos convertir en corredores profesionales en una semana, pues lo único que buscamos es acostumbrarnos a salir a correr. Así estaremos más felices con nuestro físico y, por ende, mejor, pues ya decían los romanos aquello de mens sana in corpore sano.
Suele ser mejor tener un horario fijo. Si convertimos la carrera en un hábito y la hacemos siempre a las mismas horas, nos resultará más sencillo comenzar y continuar sin un abandono prematuro.
Todos los días entramos a trabajar y hacemos un horario, ¿verdad? Igual realizamos con las comidas y con otras tantas rutinas. Pues con el ejercicio físico conviene hacer lo mismo para que forme parte de nuestro día a día sin que entorpezca y logrando optimizar el beneficio.
Durante los primeros días has de pasar por la creación del hábito. Será el momento más complicado. Sin embargo, una vez esté bien interiorizado en tus rutinas, ya resultará más fácil.
Como hemos comentado anteriormente, conviene hacer deporte por las mañanas. Nuestro cuerpo está más receptivo. Además, conseguimos una dosis extra de energía para el resto de la jornada, lo que nos permite estás más activos, atentos y optimistas.
Así que, cuando organices tus horarios semanales, no olvides apuntar el salir a correr. No obstante, este consejo es útil para cualquier actividad física que quieras hacer. Tal vez prefieres algo de ejercicio funcional en casa, o bien ir al gimnasio, a la piscina, etc. Sea cual sea tu elección, añádela a tus rutinas para que el hábito se interiorice lo antes posible y te pongas a tope contigo mismo.
Los desencadenantes de la acción ayudan a convertir los eventos esporádicos en hábitos. Para ello, usamos referencias de espacio y de tiempo como señales. Así, pasado un tiempo de repetición, logramos que la tarea se fije de manera automática en nuestro cerebro.
Así pues, siguiendo esta lógica, cada mañana, antes que nada, te pondrás tu ropa de deporte para salir a correr. O tal vez por la tarde, cuando regreses del trabajo. El caso es que, una vez está bien escrito en tu cerebro, no te constará y será algo que harás de forma automática, sin pensar siquiera.
Mucha gente es más de deporte en equipo. Hay bastantes opciones en este caso, yendo desde el fútbol o el baloncesto a otras muchas disciplinas como el voleibol o el balonmano.
Sin embargo, también salir a correr se puede convertir en una actividad en grupo. Así pues, si te motiva socializar y hablar con otra gente, puedes crear tu propio equipo humano para hacer carrera continua con otras personas.
Hoy en día correr es una experiencia. Así pues, en polideportivos y asociaciones puedes encontrar gente con tus mismas aficiones. Incluso en grupos de WhatsApp, Telegram, etc. Hasta han aparecido aplicaciones móviles que facilitan contactar con otras personas con las que buscar hobbies en común.
Mientras corres en grupo, puedes, además, compartir experiencias, charlar amigablemente y, quién sabe, tal vez incluso surja el amor ese que llevas tanto tiempo buscando. pero, sin duda, será ideal para una motivación mayor por parte de todos los miembros. Así que, si uno está más cansado, otro lo animará para que siga adelante.
Y, sobre todo, incluso esos días en los que no tienes ganas de hacer nada, debes superar las excusas y salir a correr. No hay motivo por el que no hacer algo de deporte cada día. Así que, si no te encuentras en condiciones, seguro que la actividad física te va a animar, pues se liberan neurotransmisores adecuados para ello que mejoran tu bienestar.
No siempre es fácil escapar de nuestra zona de confort. Pero, aun así, debemos superar esas reticencias que en realidad no son más que pensamientos limitantes. De ahí que el coaching sea tan útil para esto y para tantas otras facetas de la vida de cualquier coachee o cliente.
Cuando pensamos que no somos capaces de algo, no hay más que ser conscientes de que estamos equivocados. Y el fallo se supera avanzando. Así que, si crees que estás errado, sal a correr un día tras otro, cada vez un poquito más, siempre siguiendo metas pequeñas, que puedas obtener cada vez con un poquito más de esfuerzo, pero sin abusar a las primeras de cambio.
No te excuses en que no estás en forma, en que te duele todo o en que no eres capaz de correr ni un kilómetro. Todo ello son motivos vanos que nos inventamos para no hacer algo, para no dar el do de pecho y para no ser mejores cada día. ¡Tú puedes!
Y, si con todo esto no has tenido bastante, ¿sabes por qué merece la pena salir a correr de forma periódica? No hace falta que sea a diario. Con tres o cuatro días por semana, por ejemplo, valdrá para estar en forma. Y solo así obtendrás todos estos beneficios:
Si no te motivas para salir a correr, cuenta con cualquiera de nuestros coachs, tanto especializados en deportes y actividad física como en motivación. en breve será cosa del pasado el sedentarismo de tu vida.
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