El hábito es una herramienta primordial para ganar empleabilidad. Es decir, si somos cuidadosos en este aspecto, podemos tener mayores posibilidades de encontrar un buen trabajo cuanto antes.
Además, los hábitos son poderosos. También nos ayudan a ser más productivos en nuestros puestos de trabajo. Así que, si quieres mejorar tu capacidad para producir y para optimizar el tiempo, aquí tienes un activo que has de poner en marcha.
Pero, es más, los hábitos también son necesarios para mucho más. En realidad, lo es para todo en la vida. Los niños, por ejemplo, se sienten más seguros y confiados de sus posibilidades si saben a qué atenerse y disponen de horarios concretos.
Y no solo eso, ya que, aunque la rutina y el hábito gozan de mala fama en ciertos mentideros y círculos, lo cierto es que son aconsejables para mucho en la vida. Por ejemplo, dormir todas las noches a la misma hora ayuda a conciliar el sueño con más facilidad y a disfrutar de un descanso mucho más productivo y agradable.
Así podríamos seguir durante mucho tiempo. No obstante, hay bastante que decir en este sentido. Y para eso hemos preparado este contenido. Serán nuestros coaches expertos quienes te den consejos y te adviertan de la importancia de disponer de ciertas rutinas para mejorar la empleabilidad, para ser más feliz y para disfrutar de un trabajo en el que seas altamente productivo.
Nadie se conoce mejor que uno mismo. Así pues, a la hora de establecer hábitos, hay que entender cómo somos y qué necesitamos. Para ello, requerimos del establecimiento de una declaración de intenciones: ¿Conoces tus objetivos?
Un hábito es una especie de costumbre, algo que haces a diario igual, que repites y que realizas de forma casi automática, sin pensar demasiado. Piensa en la hora a la que vas a dormir, a comer, etc. Si a diario se hace igual, lo estamos convirtiendo en un hábito.
Así pues, adaptar estos hábitos a nuestras necesidades es el primer paso exigido para lograr los objetivos. Según hacia dónde nos dirigimos, establecemos esas pequeñas rutinas que nos hacen no perder tiempo precioso en labores poco productivas o que nada aportan.
Sea como fuere, no todos los hábitos serán igual de eficaces para todo tipo de persona. Estos deben ser adaptados según nuestros gustos, forma de ser, empleo, familia, mentalidad, metas, etc.
Si no tienes claro cómo hacerlo, puedes usar algún método de organización del tiempo, contactar con un profesional del coaching, con un asesor laboral, etc. Cualquiera de estas opciones es buena para entender de qué estamos hablando y cómo lograr una mayor optimización en este campo.
En cualquier caso, hay un elemento que será vital en los primeros compases en los que trates de coger el hábito. Es la constancia, pues si lo dejamos a las primeras de cambio no conseguiremos los logros que buscamos. Así pues, si te arrancas con esta opción y quieres establecer ciertas rutinas, no te rindas hasta que las hayas logrado.
El primer consejo, lo primero que has de hacer para mejorar tu empleabilidad a través de los hábitos, es tomar las decisiones importantes. A veces, es posible que sepas que las has de tomar, pero las has ido postergando por el motivo que sea. Pues no lo dejes más, ha llegado el momento de dar el paso definitivo.
Decide por ti, y no permitas que sean los demás los que tomen las decisiones que te pueden cambiar la vida. Tienes potestad y libre albedrío para hacerlo, así que ponte manos a la obra, establece tu objetivo y no pares hasta que lo consigas. La vida es así.
Dicho esto, si pretendes mejorar tu empleabilidad basándote, entre otros elementos, en el hábito, no dudes en trabajar desde el principio. Comienza a imponer tus horarios de mejora, de formación, de búsqueda de nuevas oportunidades, de adquisición de habilidades, de localización de nuevos empleos que te permitan crecer, etc.
El hábito no tiene nada que ver con ponerse un traje religioso y empezar a orar a todas horas, como ya habrás descubierto por lo escrito hasta este momento. Los hábitos son herramientas de crecimiento personal que optimizan nuestro valioso tiempo.
Dicho esto, piensa en tus sueños y en tus objetivos. ¿Qué te gustaría conseguir? ¿Crees que estás trabajando en la dirección adecuada para obtener esas metas con las que tu imaginación se desborda?
En cualquier caso, si no tienes hábitos saludables, es posible que no logres eso que tanto añoras, y que algo está fallando. Dichos fallos, como es lógico, desalientan y provocan frustración e incluso algo de estrés, ya que no estamos remando en la dirección adecuada.
Muchos podrían pensar que los hábitos tienen poco que decir en este proceso. Pero, piensa por un instante: si estás perdiendo tu valioso tiempo jugando a un videojuego, por ejemplo, en lugar de estar buscando una nueva oportunidad laboral, ¿no crees que es normal sentirse mal?
Marca objetivos realistas a corto, medio y largo plazo. No vayas directamente a por los más complejos, pues si no hay un plan trazado para conseguirlos, no los vas a alcanzar, y eso genera un malestar tremendo, un sentimiento notable de incapacidad que en la mayor parte de los casos no es real.
Pensemos, por ejemplo, que nos queremos enfrentar a unas oposiciones. Los hábitos van a ser clave. Las horas de estudio, de descanso, de comidas, de asueto, han de estar perfectamente delimitadas. De ahí la importante del hábito para alcanzar metas ambiciosas.
Y así sucede prácticamente con todo lo que quieras conseguir. Si no hay un plan previo marcado que implique la obtención de pequeñas metas por el camino hasta llegar a la mayor, las posibilidades de no tener éxito son bastante grandes.
El hábito diario de estar donde has de estar es clave también. Así pues, si empiezas a realizar un curso que amplíe tus habilidades, hazlo, pero todos los días a la misma hora, sobre todo si es presencial.
O sea, si queremos títulos, mejoras y aprendizajes que logren que nuestro perfil sea más llamativo y conste de mayor empleabilidad, debemos acudir a profesionales que nos guíen, nos ayuden a hacer cursos, etc.
Los coaches, como veremos más adelante, son profesionales con grandes conocimientos para que podamos extraer cuanto llevamos dentro y ni siquiera sabemos que está ahí.
En cualquier caso, verás que un coach, un curso o cualquier otro estudio o mejora, implica cumplir unos horarios constantes y diarios. O sea, aparece otra vez el ya consabido hábito para que nuestra constancia y nuestro día a día sea más productivo y eficiente.
Si, por ejemplo, pretendes buscar un nuevo empleo, dicha búsqueda ya será en sí un trabajo. Así pues, conviene que, a diario, te marques los objetivos y los cumplas todos los días a las mismas horas, cumpliendo dichos horarios, acudiendo a tu ordenador, a tus citas o entrevistas, etc.
Responsabilidades, funciones, aprendizajes, metas por conseguir… Todo ello requiere de una gran eficacia, de una planificación óptima. Si no tenemos hábitos saludables y costumbres arraigadas, va a ser complicado que tengamos éxito en este punto.
Dicho lo cual, podemos concluir este punto con una frase que es muy cierta y necesaria: buscar trabajo es un empleo en sí y como tal hay que tomarlo. Para ello, el hábito es necesario, pues a diario haremos lo mismo, localizar ese empleo ideal para nosotros.
En efecto, los hábitos suponen una mejora notable de situaciones como el estrés. A veces, no tener la empleabilidad deseada, ver que no se terminan de alcanzar los objetivos, puede provocar que suframos cierto estrés, sentimiento de fracaso e incluso frustración.
Por lo general, las personas que muestran una mayor capacidad de organización reducen estos niveles de estrés que pueden llegar a ser preocupantes. Por eso se recomienda acudir al hábito, porque permite que nos movamos en situaciones más controladas y ordenadas que nos sirven para tener más sensación de control, de cercanía y de algo conocido. Esto reduce las opciones de que aparezcan los temidos estreses.
En cualquier caso, nuestros hábitos nos ayudan a conducirnos por el camino correcto. Poco a poco, notaremos que nuestra empleabilidad crece, aumenta y mejora, y eso nos produce también un sentimiento elevado de auto realización.
Recuerda, además, que trabajar en la propia empleabilidad es trabajar también en la marca personal. Cuando buscamos un empleo, incluso cuando lo encontramos y lo realizamos, somos nosotros mismos quienes mejoramos, progresamos, aprendemos y nos convertimos en quienes somos, cando valor profesional a nuestra vida todo el rato.
De ahí que los hábitos laborales sean tan importantes y marquen nuestro devenir profesional. Si estamos bien organizados, sabiendo en cada momento lo que hemos de hacer, con una agenda bien llevada adelante, tendremos mucho ganado para crecer como expertos, tanto a nivel laboral como personal.
Si disfrutas de lo que haces, el hábito se hace mucho más llevadero. Pensamos en hábitos en muchas ocasiones comparándolos con rutinas, y no son malas en ese sentido. La rutina solo es negativa si llega a aburrirnos, a desesperarnos, a llevarnos a una situación en la que no avanzamos nada.
Por todo ello, solo alcanzaremos nuestra máxima empleabilidad si se enfoca en aquello que disfrutamos, que nos apasiona y nos gusta. Nuestro potencial expandido solo se obtiene cuando de verdad se hace lo que se disfruta.
Piensa en labores que son repetitivas y que encima no te atraen nada. ¿Te imaginas empleándote a fondo en una situación similar? Ahí es cuando el hábito y la rutina se pueden apoderar de ti para hacer que sientas frustración y baja motivación.
No obstante, cuando pensamos en un trabajo que sí que nos gusta y nos motiva, los hábitos y las rutinas referentes al empleo no solo son beneficiosas, resultan hasta interesantes y agradables.
Por todo ello, no hemos de pensar en términos de empleabilidad únicamente por asuntos como el sueldo o el horario. También hay que analizar otros elementos que hacen que un trabajo en particular gane valor añadido. Más allá de la seguridad, lo que ganas o el tiempo libre que te deja, también ten en cuenta intangibles, motivación, pasión por lo que haces…
Otro hábito muy necesario y francamente recomendable. Cuando tenemos el hábito de querer aprender más y más, de estar en constante formación, disfrutamos todavía más de cuanto hacemos.
Por eso, y dado que el mundo está en constante cambio, no podemos dejar de lado la formación continua bajo ningún concepto. Ahora bien, llegada cierta edad, podemos pensar que estudiar es complejo porque memorizamos peor. Pero, si no dejamos jamás el hábito del estudio, si siempre queremos saber más y más, no resultará difícil ponernos delante de los apuntes, libros, pantallas, etc.
Por último, queremos hablar del hábito desde la perspectiva del coaching. Ya que estás en una plataforma en la que puedes contratar coaches expertos que te ayuden en tu crecimiento personal y profesional, merece la pena comentar brevemente este extremo.
Un coach es un profesional encargado de ayudar a sus coachees o clientes a salir de su zona de confort. Salir de dicha zona de confort exige eliminar progresivamente ideas limitantes que se convierten en ideas potenciales de crecimiento.
Es decir, en cierto modo podríamos hablar de un cambio de paradigma. Un abandono de los hábitos que nos impiden crecer, que serán sustituidos por otros más productivos, que sí nos permiten crecer, expandirnos y sacar nuestro máximo potencial.
Así pues, si deseas ver cómo tu empleabilidad aumenta de manera exponencial, esta es una oportunidad única, pues se te presenta la opción de contar con un experto que te guíe durante un tramo de tu camino vital.
Recuerda la importancia del hábito en la empleabilidad, y ponlo en marcha cuanto antes. Una vez conoces nuestros consejos para iniciar, solo te queda dar un pasito más y lograr que un profesional del coaching te guíe hasta el próximo escalón. ¡Suerte y a por todas!
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