Superar el estrés laboral es una tarea complicada que requiere de todo el esfuerzo necesario. Y es que, cuando nos sentimos quemamos en el trabajo, todo parecerá superarnos, y seremos incapaces de levantar cabeza a nivel personal y profesional.
Antes de continuar con el texto, un inciso: puede que nuestro empleo nos guste mucho, pero eso no es óbice para que en un momento dado sintamos un estrés excesivo y continuado.
Hay muchos motivos para que aparezca el citado estrés. Por ejemplo, los horarios, los compañeros de trabajo, las condiciones en las que realizamos la tarea, momentos tensos en los que hay despidos en la empresa, fechas de entrega leoninas…
Sea como fuere, conviene añadir que un poco de estrés puede ser incluso positivo. Es decir, durante un periodo de tiempo breve, podemos sufrir cierta tensión, y se agradece porque nos permite superarnos. Pero si dicho estrés se alarga en demasía y se convierte en una constante en nuestro empleo, será intensamente negativo. No tendremos ganas de ir a trabajar, nos afectará en la vida privada y sentiremos que no podemos con todo, pues nuestro cerebro y nuestro cuerpo atraviesan por una situación poco saludable.
Hemos hablado por encima de las causas del estrés laboral. Sea como fuere, conviene estirar el tema para que, si aparecen situaciones que pudieran provocar esta situación poco recomendable, sepamos actuar antes de tiempo y buscar soluciones rápidas. Después será cada vez más difícil.
Es uno de los principales motivos por los que aparece el estrés laboral. Demasiadas horas en el puesto de trabajo, pocos descansos, manejo de cargas excesivamente pesadas, muchas horas continuadas en cargos de altísima responsabilidad… Todo eso va minando nuestra moral, nuestra mente y nuestro cuerpo.
A veces sufrimos una carga de funciones excesiva. Es decir, no se tiene un papel definido en el trabajo, pero hay mucho que hacer, demasiadas personas dependen de nuestras decisiones o respondemos a demasiados jefes… Toda esa saturación y falta de claridad en lo que hay que hacer podría provocar una elevada carga que degenere en exceso de estrés.
Una empresa debería funcionar como una especie de toma y daca con sus trabajadores, dado que ellos son su principal activo y el que más ha de cuidar. Por tanto, el empleador se debe de preocupar de la creación de las condiciones laborales adecuadas para sus trabajadores, mientras que estos últimos tendrán la responsabilidad de cumplir aquellos encargos que el citado empleador realice para que las tareas se hagan tal y como se debe.
Dicho sea de paso, por desgracia esto no es algo que siempre se cumpla. Es más, en muchos casos, las condiciones laborales no son las adecuadas, lo que genera estrés laboral. Por ejemplo, a través del exceso de horas trabajadas, por medio de empleos con alta exposición a químicos, ruidos o contaminación, por realizar tareas extenuantes a nivel físico o mental, etc.
Una persona que lidera a un grupo de empleados, pero que no tiene las dotes para ello o no sabe cómo gestionar tal responsabilidad también podría acabar sufriendo de estrés. No es fácil ser el gerente de un negocio, pero siempre tendrá que haber alguien que dirija. Sea como fuere, necesita disfrutar de unas condiciones adecuadas para llevar a cabo su tarea permitiendo una buena conciliación de vida laboral como familiar.
No es extraño que puedan surgir rencillas entre compañeros, o que los jefes y sus empleados no tengan buenas relaciones. Si la cosa va a mayores, también puede ser una fuente constante de conflictos y, por tanto, de estrés.
El miedo al futuro laboral puede llegar por diversos medios. Uno de ellos, tal vez el más común, es el que aparece cuando vemos que despiden a compañeros. Entonces, creemos que tal hecho nos puede afectar y pensamos que podemos ser los siguientes, como la preocupación y estrés que eso conlleva, pues no es agradable quedarse sin trabajo.
Otros motivos por los que podría aparecer estrés laboral por medio al futuro es porque vemos que nuestra carrera profesional no avanza. Si la empresa observa que no mejoramos, que nuestra productividad se estanca o que estamos quemados en el puesto, podría darse un periodo de desidia que acabe con nuestro despido.
Obviamente, el estrés laboral provoca malestar mental que, con el paso del tiempo, podría tener consecuencias físicas. Entre las muchas afecciones orgánicas que han observado los profesionales de la medicina destacan los siguientes:
Hay otras muchas áreas en las que podemos sufrir por culpa del estrés en el trabajo. Nuestro cuerpo y nuestra mente se ven afectadas en todos los ámbitos de la vida cuando algo no va bien.
Como es lógico, este estrés afectará en casa, en el trato con nuestra familia y amigos. También en nuestro tiempo libre, ya que no estaremos bien ni a nivel psicológico ni a nivel físico para disfrutar de otras tareas que nos gusten.
¿A qué señales debemos estar atentos? Hay algunas que nos avisan de la posible aparición de esta situación desagradable y problemática. Las más habituales son las siguientes:
Un coach profesional y experimentado en el campo del trabajo puede ser de gran ayuda para lidiar con el estrés laboral. Estos expertos tienen las herramientas y saben las preguntas que realizar para que sus clientes o coachees mejoren su inestable situación.
A través de un proceso relacional con el coach, la persona que sufre este mal puede encontrar dentro de sí misma las fuerzas, energías y habilidades necesarias para escapar de este problema que puede ser tan peligroso.
Es por ello que recomendamos, antes de que el malestar vaya a mayores, que contactes con cualquiera de nuestros coaches especializados. Ellos serán tus guías para que salgas de esta situación cuanto antes. También te darán conocimientos y capacidades para que algo así no se repita más.
Dicho esto, vamos ya con algunos de los consejos que ofrecen los médicos, psicólogos, psiquiatras y coaches para mejorar un malestar como el que aquí tratamos.
Si sufres estrés laboral, la primera opción válida es tomar un descanso. Hay que poner tierra de por medio con la situación que origina el malestar. Sabemos que, en muchos casos, es difícil. No obstante, si no refrescamos la mente y marcamos tiempos, será difícil obtener la lucidez necesaria para reaccionar con sentido común.
En un momento dado, si es solo una situación momentánea estresante, podemos salir a la calle, tomar aire, refrescarnos, comer algo ligero… Pero si es algo continuado en el tiempo, hay que dejar el trabajo. Muchos médicos darán la baja médica por ello, pues hay bastante sensibilidad al respecto de este problema.
¿Estás seguro de que realizas únicamente las obligaciones de tu puesto de trabajo? En muchos casos, el problema procede de un exceso de responsabilidades, lo que nos lleva a trabajar más horas, a realizar tareas que no nos competen, etc.
Así pues, conviene estudiar bien el puesto de trabajo. Habla con tu jefe y acordar las labores a las que estás obligado. Lo demás, déjalo, sobre todo, porque probablemente sea la fuente del estrés.
Sucede que, en muchas ocasiones, la fuente de estrés laboral radica en las metas excesivamente complejas que nos planteamos. Si son ambiciosas hasta el extremo, tanto que difícilmente las podremos cumplir, no solo van a generar estrés, también serán origen de frustración y desafección.
Establece metas ambiciosas, algo complejas, pero que se puedan cumplir. En este punto hemos de ser muy sensatos y realistas. Si pedimos a los demás que sus logros sean demasiado difíciles, o lo hacemos con nosotros mismos, estamos abocados al fracaso.
Mientras estés fuera del trabajo, desconecta. Es importante no estar todo el día pendiente del teléfono, consultando constantemente el correo electrónico para saber si ha entrado alguna comunicación que consideres importante. Apaga los dispositivos y preocúpate de dormir bien, descansar y desconectar a tope durante tu tiempo libre, en especial, si este es escaso.
Debes poner límite a las condiciones laborales que aceptes. Esto es importante, en especial, si tienes un trabajo peligroso o incómodo. No puedes aceptar todo lo que te exigen, sobre todo, si sabes que es arriesgado. Has de aprender a decir NO cuando consideres que algo no es ético o seguro.
Si surge algún problema a este respecto, puedes negarte a realizar esas labores que te afectan personal, psicológica o físicamente. Hay organizaciones más allá de los propios sindicatos que te pueden ayudar en este extremo.
La organización empresarial adecuada es una máxima a la que toda empresa ha de aspirar. Si no es la buena, la más y mejor optimizada, podría provocar situaciones indeseables como trabajadores poco motivados, faltos de felicidad y ambición y, por ende, quemados, poco productivos, etc.
Es importante no ser partícipe de compañías con organizaciones pobres y poco trabajadas. Todo será problemático y, como es común que suceda en estos casos, serán los empleados los que peor lo pasen.
Por más responsabilidades que tengas, el tiempo libre y de esparcimiento para uno mismo siempre es bienvenido, necesario y deseado. Si no quieres sufrir estrés laboral, guarda ratos para ti, para hacer lo que te gusta, como estar con la familia, ir al cine, hacer deporte…
Desconectar durante unos días es necesario siempre. Por eso hemos de tomar las vacaciones regularmente. Suele ser bueno descansar al menos 10 o 15 días seguidos. Alejarse del trabajo, sobre todo si nos genera estrés, nos permite tomar perspectiva para ver el problema con mayor sensatez y objetividad.
Siempre será bienvenida la ayuda. Ya hemos hablado de los coaches, que estarán ahí para echarte una mano cuando la necesites. También puedes apostar por apoyo psicológico e incluso por asesores laborales profesionales y especializados. Te mostrarán cómo gestionar el estrés y crearán contigo un plan de acción a corto, medio y largo plazo.
Finalmente, podemos apostar por el aprendizaje de las diversas técnicas que ayudan a manejar el estrés laboral del día a día. Hay muchas, como la relajación, la meditación, el deporte y el ejercicio diario… Sea como fuere, también nos puede ser de gran ayuda un coach o guía en este proceso para saber qué métodos son los más útiles según nuestro caso personal.
Ten muy presentes estos consejos para superar el estrés laboral. Y no deseches el recibir apoyo de profesionales del coaching. Si solo no puedes, seguro que con una ayuda experta lo consigues.
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