Encontrar la motivación personal adecuada no siempre es fácil. De hecho, no son pocas las ocasiones en las que nos cuesta mucho trabajo dar con esa energía necesaria para comenzar con tareas y obligaciones que nos atraen nada.
Hace poco hablábamos de la procrastinación, y de qué podíamos hacer para evitar que las tareas tediosas y poco atractivas se vayan acumulando porque no somos capaces de ponernos con ello.
Pues hoy queremos enseñarte algunas técnicas útiles para encontrar la motivación personal. En este sentido, nos vamos a referir a esa energía necesaria para afrontar trabajos, labores en nuestro ámbito privado, etc.
Así pues, estos consejos son aplicables a casi cualquier situación. Por ello, solo has de leerlos, y luego personalizarlos, pues cada persona es un mundo. Así pues, tal vez unos sean más interesantes para tu caso, y quizás otros no lo sean tanto. Lo importante es que tú adaptes aquellos que creas que irán mejor para ti.
Para entender este campo, consideramos importante saber cómo funciona la motivación personal en primer lugar. Y es que hay muchas ideas preconcebidas y erróneas al respecto de esta herramienta básica para afrontar obligaciones y retos.
Decir como dato importante que el hecho de que nos sintamos motivados no implica que nos resulte más fácil ponernos a trabajar. Es decir, que tengamos motivación no implica que no nos tengamos que esforzar. Así pues, alcanzar las metas puede ser algo que deseemos con mucha fuerza. Aun así, hemos de superar solo el impulso de actuar y hacerlo. O sea, superar las primeras rémoras que nos lleven a realizar el trabajo entrando en acción, y ahí es cuando estamos listos para dar el máximo.
O sea, encontrar el impulso que nos lleva a hacer algo es clave. Para ello, dar con ese empleo que nos resulta satisfactorio es necesario. o sea, hemos de hacer algo que de verdad nos llene, para lo que tengamos talento, y que nos guste de veras, sin cortapisas ni peros.
Si lo que hacemos es valioso y gratificante, siempre estaremos motivados o nos será más fácil alcanzar dicho estado. Esta es la manera de encontrar el impulso que nos transporta a la acción.
Además, hemos de tener muy claro que cuanto hacemos es importante. Si no nos entusiasma nuestro cometido, la motivación personal irá en declive hasta que termine por desaparecer por completo.
Ojo, podemos distinguir entre motivación positiva y negativa. Mientras la primera es muy interesante, la segunda no lo es tanto, como ya imaginarás. Y es que, a veces, el miedo causa una motivación negativa que nos lleva a plantearnos el no hacer algo concreto.
Sea como fuere, podríamos hablar también de motivación extrínseca e intrínseca. Así pues, mientras la primera es la que nos viene desde fuera, por parte de personas que nos animan a dar el máximo, la segunda es más compleja, pues sale de dentro.
¿Eres capaz de motivarte y de enfocarte en resultados? Si es así, enhorabuena, pues lo estás haciendo bien. Es una manera maravillosa de incentivarte, lo que te llevará a obtener éxito en el largo plazo, sostenido en el tiempo, y eso es lo que todos debiéramos buscar.
Llegados a este punto, vamos a comenzar a hablar de los consejos óptimos para dar con la motivación personal adecuada. Así pues, toma buena nota de estas claves a la hora de afrontar cualquier tarea que tengas por delante.
El primer punto consiste en pensar en los objetivos que vas a lograr a corto, medio y largo plazo. Es decir, debemos motivarnos en los resultados, de forma que se observe que nuestra aportación se añade a la de otras personas para alcanzar logros mucho más grandes de los que seremos partícipes.
Piensa en motivarte en los resultados para cualquier finalidad que busques. Bien sea en tu lugar de trabajo, con tu familia, con tus amigos o con tus estudios. Acabar una carrera universitaria, por ejemplo, educar bien a tus hijos, conseguir un mínimo de ventas de tu organización…
Piensa también en el objetivo final y enfócate en ello. Las ganas por lograrlo facilitarán que enfoques tu motivación personal en dicho objetivo será óbice para tu éxito.
Ten claros los objetivos que quieras lograr y sepáralos según su categoría. Por ejemplo, los logros pequeños que, una vez unidos y todos ellos juntos nos llevan a un objetivo mucho más grande y exitoso.
Y así haremos con todos los planes de nuestra vida. Así pues, separa objetivos a corto, medio y largo plazo. Hazlo también con las metas y sub metas, de manera que tengas siempre claro qué quieres conseguir en cada momento.
Este punto lo podemos extrapolar a cualquier parte de nuestra vida. Objetivos vitales, sociales, familiares, profesionales… Sea como fuere, se extenderán a lo largo del tiempo, y hemos de estar pendientes para que se vayan cumpliendo las pequeñas metas hasta que obtengamos el objetivo final.
A veces pasamos mucho tiempo haciendo actividades que, en realidad, son insustanciales, poco productivas o directamente innecesarias. Y ahí se nos van unos minutos preciosos que podríamos estar usando para otras labores más importantes. Dicha pérdida de tiempo podría ir acompañada de una desmotivación elevada.
Ciertos trabajos repetitivos y aburridos reducen de manera drástica nuestra productividad. Así pues, la motivación personal se hace mucho más difícil, ya que el citado aburrimiento provoca que tendamos a procrastinar y a perder las ganas de seguir trabajando.
Por ello hemos de reducir a su máxima expresión aquellas tareas que nos resulten poco motivadoras. Esto no significa que tengamos que dar la espalda a nuestras obligaciones en ningún sentido ni lugar. Ahora bien, en la medida de lo posible, delegar puede ser una buena opción para que el aburrimiento no aparezca en casa, en el puesto de trabajo, etc.
Una imagen completa de las tareas a realizar también será importante si queremos saber qué hacer y cómo no perder la motivación personal. Por eso debemos mantener un calendario o agenda en el que esté todo bien apuntado.
Además de la agenda, contaremos con un registro de lo que está por hacer, y otro de lo que ya está hecho. Esta parte es recomendable, pues si hacemos todo de memoria, es muy probable que se nos escapen obligaciones que aparecerán cuando menos se las espera y que entorpecerán el buen proceder de todo cuanto tengamos pendiente.
Así pues, usa algún método de organización, y elige qué tipo de agenda quieres tener, ya sea física o digital, pues la puedes llevar tranquilamente en tu teléfono móvil.
Es muy importante que todo lo que vayas terminando lo taches y lo elimines. Acabada la jornada, cuando veas todo cuanto has realizado, sentirás orgullo de tu productividad. Eso es algo que también aumenta los niveles de motivación, pues nos hace ver lo válidos y buenos profesionales que somos.
Mucha gente pretende ser multitarea e incluso se enorgullece de ello. Bien, pues esto es un error, ya que reduce nuestra productividad y nuestra capacidad de afrontar actividades. Cuanto menos productivos seamos, menos motivados estaremos.
Es mejor que, cuando estamos haciendo algo, nos centremos solo en eso. Si estamos en diversas tareas a la vez, no haremos bien ninguna de ellas, pues no estamos poniendo toda nuestra atención en una sola actividad.
Así pues, la forma más rápida de acabar con algo que estemos haciendo será centrarnos solo en eso, poniendo toda nuestra concentración en dicha función. Eso hará que lo acabemos con menor esfuerzo, lo que no aumentará demasiado el agotamiento y, por ende, tampoco disminuirá en exceso nuestra productividad.
Procrastinar es algo que todos podemos hacer en algún momento. Cuando nos enfrentamos a una actividad que no nos gusta, es posible que la vayamos dando de lado y dejando para más adelante.
Obviamente, la procrastinación es un problema para la motivación personal. Enfrentar una obligación poco atractiva no suele gustar. Ahora bien, hemos de mostrar una fuerza de voluntad de hierro. Que tengamos que hacer algo no agradable no implica que nos centremos en hacer tareas vacías para que el tiempo pase.
Una forma de motivarse en este sentido es pensar en la parte buena. Por ejemplo, cuanto antes empecemos, antes acabamos. Además, si la tarea es muy extensa, es necesario dividirla en tareas más pequeñas y llevaderas. Una vez todo acabado, tendremos el objetivo conseguido.
Otras buenas herramientas para evitar procrastinar y no perder la motivación personal implica definir claramente las prioridades. Es decir, hacer primero aquello que urge más, y no dejarlo para más adelante por mucho que no nos guste.
A veces, aunque podamos trabajar sin plazos, es necesario para acabar una tarea. Por eso, aunque tengamos tiempo para hacer algo, mejor marquemos dichos plazos para que la cosa no se alargue en exceso. De esta manera se acabará antes y no se eternizará en nuestra lista de pendientes.
Tener tareas pendientes y no hacerlas, además, también puede provocar estrés. Saber que hay algo que ahí por terminar y no encontrar las fuerzas por terminarlo no solo desmotiva, también nos hace sentir mal.
No es fácil, pero si logramos un estado de máxima fluidez, hemos de mantenerlo en el tiempo cuanto más mejor. No quiere decir que estemos muy motivados, quiere decir que estamos en un momento en el que trabajar o hacer algo nos cuesta muy poco trabajo. Por eso hay que optimizarlo al máximo, para que dure y para que extraigamos el máximo rendimiento de nosotros mismos.
Así upes, más allá de la motivación personal, en el mismo instante en el que sientas que has alcanzado el estado total de fluidez, aprovéchalo al máximo. En esos momentos, verás que tu productividad crece y avanzas a pasos agigantados.
Otro elemento básico para trabajar con motivación adecuada es hacer una buena gestión del tiempo. O sea, si aprovechas y te organizas bien, será más complicado que procrastines. Por otro lado, también disfrutarás de una mejor obtención del estado de fluidez.
Hay diversos métodos de gestión del tiempo que te pueden resultar útiles. Por ejemplo, el time blocking, la regla 80/20, la técnica pomodoro y muchas más que expertos y trabajadores eficientes utilizan para aumentar su productividad.
Si el trabajo que realizas te permite desarrollar tus habilidades de manera notable, te resultará más sencillo lograr la buena motivación personal. Es por ello que debes buscar una profesión que te otorgue una correcta perspectiva de desarrollo a largo plazo.
Es posible que hayas trabajado en algún empleo que no te gustaba especialmente, pero que necesitabas para mantenerte y ganar un sueldo. Si es así, habrás descubierto lo poco que motiva hacer algo que no interesa especialmente.
La motivación personal tiene mucho que ver con el bienestar. Esto último ha de ser la prioridad para toda persona. Es por ello que debemos buscar empleos motivadores en los que nos sintamos felices. De lo contrario, pagaremos las consecuencias en forma de estrés, ansiedad, malestar psicológico, etc.
Así pues, además de buscar un trabajo que te guste y esté bien remunerado, preocúpate de mantener una vida con hábitos saludables. Haz ejercicio, duerme bien, rebaja el estrés, disfruta de tu tiempo libre, realiza actividades agradables y hobbies, etc.
Recuerda, el coaching es una herramienta ideal si no encuentras la motivación adecuada. Un coach profesional dispone de herramientas para que todo coachee o cliente encuentre su camino en la vida y se motive para ir más allá.
Así pues, si necesitas la ayuda de un coach que te ayude en tu motivación personal, en nuestra plataforma lo vas a encontrar. Echa un vistazo a nuestros expertos y ponte manos la obra. No permitas que el malestar te impida disfrutar de una vida plena y de un empleo o un día a día disfrutable.
Error: No se han encontrado entradas.
Asegúrate de que esta cuenta tiene entradas disponibles en instagram.com.
