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Qué es el bloqueo emocional y cómo se desactiva

1 diciembre 2022

¿Te sientes incapaz de avanzar? Hay ocasiones en las que pensamos que no vamos para adelante, y tampoco para atrás. Tal vez la causa sea un bloqueo emocional. ¿Sabrías encontrar la causa de dichos bloqueos?

No siempre es fácil. En la vida, nos vamos a encontrar con muchas ocasiones en las que nos sentiremos paralizados, sin ser capaces de reaccionar ante una situación concreta. Es algo que, sin lugar a dudas, se engloba dentro de la negatividad que puede atañer a nuestro proceder saludable.

Ahora bien, recuerda que todo tiene solución. De hecho, cuando estamos en esa especie de túnel del que no sabemos salir, pues no vemos la salida, podemos apostar por pedir ayuda. Es más, es aconsejable que alguien que de verdad entiende del asunto nos pueda apoyar en estos momentos más oscuros.

Un coach, por ejemplo, es una persona profesional que puede ser de gran utilidad cuando sentimos que estamos bajo un bloqueo emocional. Y es que, cuando nos encontramos en esta situación, puede ser que, incluso de forma inconsciente, nos estemos defendiendo de algo, pues a veces nos protegemos de algún asunto doloroso que apartamos de nuestro cerebro.

Sin embargo, esta protección no siempre es recomendable, de hecho, en raras ocasiones lo es. ¿Por qué? Porque puede venir acompañada de otros elementos perjudiciales para nuestra salud, como por ejemplo, la temida ansiedad.

Sea como fuere, podría aparecer por culpa de algo específico, o por experimentar de manera continuada situaciones que nos provocan malestar. Por tanto, puede ser que se manifieste con sentimientos de atrape, de no tener salida y de sabernos encerrados.

Cómo desactivar el bloqueo emocional

Dicho lo cual, vamos a ver cómo podemos desbloquear estas situaciones que tan poco nos aportan. Desactivar el bloqueo y sobreponernos es posible, pero no siempre sencillo.

Así pues, lo primero que debemos hacer es detectar la existencia del bloqueo mental o emocional. ¿Cómo se puede manifestar? Veamos algunas formas en las que aparece:

  1. Confusión. No tenemos claro lo que sucede y pro qué nos sentimos así.
  2. Problemas para concentrarnos. Aunque no sepamos con exactitud qué pasa, nos cuesta mucho trabajo hacer cualquier tarea que exija concentración.
  3. Incapacidad para expresar emociones. Resulta harto complejo expresar cómo nos sentimos, pues no tenemos claro qué sucede.
  4. Paralización. En ciertos momentos de tensión, seremos incapaces de reaccionar y no podremos apenas movernos, hablar, etc.
  5. No saber qué decir. Como decimos, expresar incluso ideas sencillas puede resultar muy difícil.
  6. Quedarse en blanco. Nuestra mente permanece vacía, sin ningún pensamiento claro.
  7. Sudoración. Podemos sentir sudores fríos o calientes sin un origen lógico o determinado.
  8. Nervios intensos. Nuestro nerviosismo se eleva hasta intensidades problemáticas.
  9. Incapacidad para la toma de decisiones. No sabremos qué hacer, y notaremos muchas dudas en el momento de tomar una decisión, incluso si esta es muy sencilla.

Hay otros síntomas que pueden estar originados por un bloqueo emocional. Sea como fuere, se recomienda consultar con un profesional que nos pueda orientar si sentimos que este es nuestro problema.

Las causas del bloqueo emocional

A continuación, una vez se detectan los síntomas, debemos analizar las causas. Es decir, buscaremos el origen de ese bloqueo emocional capaz de llegar a paralizarnos en momentos concretos.

Miedo

El miedo es paralizante y bloqueador. Así pues, es un arma de doble filo, pues al igual que en la justa medida puede ser útil, cuando llega a convertirse en excesivo y constante, termina por transformarse en un problema grave.

El miedo es una herramienta protectora e instintiva que nos ayuda a protegernos de situaciones que nos pueden dañar. Ahora bien, mal gestionado, se puede convertir en una constante que provoque un difícil bloqueo físico y mental, y también emocional, tanto, que se transforma en una forma de vida que nos acompaña por siempre y nos impide ser nosotros mismos y disfrutar de cuanto nos rodea.

Traumas

Una situación estresante suele ser un origen muy común de un bloqueo emocional. Esta clase de traumas son comunes, incluso cuando no los recordamos porque nuestro cerebro los ha apartado y los ha olvidado para que podamos seguir adelante. 

¿Por qué actúa así nuestro cerebro? Porque se puede dar la circunstancia de que pensemos o interpretemos que, cada vez que nos enfrentemos a una situación similar, vayamos a sufrir el mismo trauma.

Pongamos un ejemplo: el hecho de que hayas tenido una mala experiencia sentimental no implica que todas las que tengas vayan a ser igual. Sin embargo, muchas personas se cierran en banda porque, ya que sufrieron la primera vez, consideran que cada vez que se expongan vayan a pasar por lo mismo, pero eso no es así.

Podemos pensar en muchos tipos de traumas. Por ejemplo, al caerse de una bicicleta, al conducir, por pasar muchos nervios al hablar en público, por una pelea con una persona querida… Y así, centenares de ellas que, al convertirse en hechos traumáticos, nos llevan a evitar esas confrontaciones o situaciones por creer que volverá a ocurrir lo mismo.

Experiencias complejas durante la infancia

Las experiencias difíciles durante la infancia también provocan bloqueos emocionales, tanto en la niñez como en la edad adulta. Son heridas emocionales complejas que condicionan el presente y el futuro de manera muy negativa.

Un chico que ha sufrido abandono por parte de algún familiar, puede desarrollar un trauma complicado que le impida en el presente y en el futuro relacionarse de forma sana y saludable con otras personas, por ejemplo. Y así podemos hablar de otras muchas posibilidades, como caídas, daños físicos y emocionales, etc.

Autoexigencia elevada

Elevar en exceso la autoexigencia también nos puede conducir a sufrir un bloqueo emocional importante. Llega un momento en el que, cuando nos pedimos demasiado, ya no somos capaces de reaccionar, porque estamos muy por encima de nuestras posibilidades reales.

Hoy en día, dado que todo el mundo se mueve alrededor de la productividad constante, muchas personas tienden a subir en exceso su exigencia personal, acabando en la presentación de bloqueos, cuadros de estrés, ansiedad e incluso depresiones y otras afecciones psicológicas graves.

Mala gestión de la culpa

Una culpa mal gestionada también podría terminar desencadenando un bloqueo emocional. A veces, igual combinado con la autoexigencia elevada, no nos permitimos errar, y tendemos a mantener un nivel de valores y comportamiento demasiado “perfecto”, hasta el punto de no ser casi ni humano, ni mucho menos “perfecto”. Esto podría provocar estados de culpa, lo que ahonda en bloquemos mentales.

Recuerda que los errores son humanos y habituales. No quiere decir que los permitas siempre, pero sí que, si incurrimos en un fallo, nos demos espacio para reflexionar, pedir perdón y perdonarnos a nosotros mismos, pues a veces ocurre y nadie es “perfecto”.

Represión emocional

Otro problema relativamente común que nos viene impuesto por la moral y la educación imperante en muchas sociedades. Ciertas emociones deben ser reprimidas para no mostrar debilidad, por ejemplo. No nos permitimos llorar, estar tristes y que nos vean los demás, etc.

A medida que nos reprimimos más a nivel emocional, mayor bloqueo mental podemos sufrir, entre otros problemas que podrían surgir. Y es que actuar así puede desencadenar cuadros de estrés, ansiedad, tristeza continuada, y un largo etcétera.

Cómo se desactiva un bloqueo emocional

Dicho lo cual, vamos a ir descubriendo las mejores fórmulas para desactivar el bloqueo emocional. Ahora bien, tenemos que tener muy claro un detalle: no es algo sencillo, y nos obliga a bucear en nuestro interior, en nuestro pasado y presente, en nuestra mochila emocional, y no siempre veremos cosas que nos vayan a agradar. Sin embargo, no hay otra opción, pues si no conocemos qué nos pesa, qué nos lastra, no podremos deshacernos de ello.

Un bloqueo emocional nos debe servir de voz de alarma, y será nuestro cuerpo y nuestras acciones y decisiones las que nos informen. Por eso hemos de revisar el pasado y el interior, para cerrar heridas que nos estén haciendo daño. Dicho esto, sigue estos pasos para mejorar.

Toma conciencia de tu estado

Es siempre el primer paso. Si no somos conscientes de que tenemos un problema, no podremos solucionarlo. Tampoco otros profesionales, como los coaches o los psicólogos, nos podrán ayudar si nosotros no estamos por la labor y no actuamos en consecuencia. Así pues, antes de hacer nada, toca tomar conciencia de que hay algo que no funciona bien y nos está bloqueando.

Por tanto, empieza por analizar tu forma de actuar y de comportarte. Si ves que dejas de hacer cosas por miedo, o no sabes los porqués, pero te hace infeliz y te impide abrirte, tal vez hay algo que no está funcionando bien. Conversaciones, relaciones amorosas que no se desarrollan correctamente… Todo ello podría ser prueba del fallo y de la necesidad de buscar soluciones.

Profundiza

Detectado un posible problema, toca comenzar a profundizar en eso que no está funcionando bien. Por ejemplo, tienes una relación amorosa, pero no eres capaz de mostrar a esa otra persona lo importante que es para ti. Pasado el tiempo, si optas por no arriesgar, es más, si lo consideras un riesgo, es que algo no está yendo como debe.

Puede ser que un bloqueo nos ponga muy nerviosos ante un examen, ante una conversación difícil, etc. En cualquier caso, es el momento de profundizar dentro de nuestra mente para saber qué ocurre y dónde se encuentra el fallo que nos impide enfrentarnos a estas situaciones con total responsabilidad y sensatez.

Profundiza en el problema emocional

Una vez hemos profundizado en nuestro estado y hemos descubierto que hay un problema en nuestra manera de actuar, debemos comenzar a entender qué causa dicho problema.

Los bloqueos, como ya hemos comentado, proceden de las heridas que con el tiempo hemos ido sufriendo. Muchas de ellas se encuentran en la infancia, y son muy difíciles de localizar, por ello, esas experiencias traumáticas tan pasadas necesitan de profesionales que nos ayuden a encontrarlas e identificarlas.

En cualquier caso, las heridas se pueden encontrar en cualquier momento. Una pelea, una ruptura sentimental que no ha sido superada, la muerte de alguien querido y, así, decenas de posibilidades que habría que analizar pormenorizadamente.

Acepta el bloqueo

Hoy en día se nos educa para ser fuertes y para superar cualquier vicisitud. Eso nos hace evitar las heridas, no hacerles frente para no paralizarnos y, por ende, no aceptar los bloqueos porque obviamos las heridas.

Esta forma de actuar, en realidad, solo enquista el problema y provoca, con el paso de los años, que vaya a peor. En su lugar, debemos aceptar el bloqueo, hacerle frente, reconocer que tenemos un problema. Ese es el paso siguiente para poder dar con la solución.

Deja caer el muro

Aceptado el problema, toca dejar caer el muro. Sufrimos un perjuicio grave y no somos capaces de superarlo. Es aquí cuando podemos abrirnos y recibir ayuda, tanto de personas cercanas que nos quieren como de desconocidos y profesiones como coaches.

Arriesga y confía

Seguimos conociendo más opciones para desactivar el bloqueo emocional llegando a un punto clave, la autoconfianza. Cuando hemos de tomar una decisión arriesgada, sobre todo cuando pensamos que hay mucho que puede salir mal, debemos seguir adelante.

Es común entre las personas bloqueadas emocionalmente el volverse atrás ante las primeras desavenencias. Sea como fuere, nunca hay que perder la confianza en nuestras posibilidades. Si siempre hacemos lo mismo ante idénticos problemas, sabemos el resultado. Si corremos riesgos, nos podemos sorprender.

Errar es humano

Recuerda que el error es humano. No debemos juzgarnos con exceso de severidad ante el más mínimo fallo. Hemos de aprender de las equivocaciones, evitando la frustración, aprendiendo y siguiendo adelante siempre.

Todo el mundo puede superar un bloqueo emocional desactivándolo. Solo tenemos que evitar esos miedos y mensajes negativos que nuestro propio cerebro genera pensando que todo puede ir mal si hacemos algo que consideramos arriesgado o negativo, en muchos casos, de forma totalmente subjetiva.

Sabemos lo difícil que es dar un paso arriesgado cuando se sufre un bloqueo emocional que no somos capaces de desactivar. Por eso recomendamos confiar en expertos como nuestros coaches, para que te acompañen en este tramo de tu camino vital, lo que podría significar el primer día de un cambio maravilloso en tu vida. ¿Te atreves a dar el paso? Contacta con ellos hoy mismo.

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