Cómo gestionar la ansiedad

No es tarea sencilla gestionar la ansiedad. Cuando aparece una situación desconocida que nos desconcierta y que sentimos como amenazante, nuestra propia fisiología responde aumentando nuestra frecuencia cardiaca. Una alerta sensorial que, si se reproduce en el tiempo y se convierte en una constante, nos puede provocar problemas muy serios.

Si bien la ansiedad es una emoción natural, no lo es estar ansiosos durante un extenso lapso de tiempo. Esa desproporción es limitante y peligrosa. De ahí que esta información resulte interesante, pues así sabrás si te encuentras en esta tesitura o no.

La ansiedad

La ansiedad, si bien es un estado emocional prolongado y complejo, se activa ante estímulos difusos y amenazas futuras. Ahora bien, no se debe confundir con el miedo, mucho más corto como emoción, aunque igualmente necesario para la supervivencia.

Sea como fuere, tal y como hemos comentado, si se extiende demasiado, si las reacciones son excesivas, persisten o acaban por ser irreales, se provoca una anormalidad peligrosa.

Gestionar la ansiedad

¿Cómo podemos gestionar correctamente la ansiedad? Sin duda, el primer paso debe ser reconocer los síntomas. El problema es que son muchos y, además, a cada persona le afecta de manera diferente. No obstante, aquí van los más comunes según el plano:

• Plano físico: respiración acelerada, ritmo cardiaco acelerado, sensación de ahogo, náuseas, dolor estomacal, inestabilidad, sudores y escalofríos, rigidez muscular, presión en el pecho…
• Plano emocional: nerviosismo, tensión, irritabilidad, miedo, frustración e impaciencia…
• Plano cognitivo: percepciones irreales, desapego, incapacidad para hacer frente a la situación, miedo a la evaluación negativa o a lesiones, pensamiento catastrofista, pérdida de objetividad y dificultad para razonar con lógica…
• Plano conductual: deseo de escapar, hiperactividad motora, dificultad para expresarse o seguir conversaciones, búsqueda intensa de tranquilidad, estado de alarma constante…
• Plano social: complejidad para seguir conversaciones, mente en blanco, dificultar para ejercer los derechos propios y para gestionar conflictos interpersonales.

Trastornos posibles

Existen muy diversos trastornos de ansiedad que se asocian a este problema. Algunos de los más comunes son estos:

1. Trastorno de ansiedad inducido por el consumo de sustancias.
2. Trastorno por separación.
3. Trastorno de pánico.
4. Trastorno obsesivo-compulsivo.
5. Agorafobia u otras fobias específicas.
6. Trastorno por estrés postraumático.
7. Trastorno por ansiedad social.

Estos son algunos de los más comunes, pero hay otros como la somatización, la adaptación con sintomatología ansiosa, etc.

Factores

Veamos ahora los factores que nos pueden predisponer a sufrir este tipo de trastornos que nos dificultan gestionar la ansiedad:

1. Factores biológicos: pueden ser genéticos, provocados por una enfermedad, por un tratamiento, etc.
2. Factores ambientales: proceden de la acumulación de problemas familiares, laborales, sociales, etc.
3. Episodios traumáticos vividos o consumo de estimulantes o drogas.
4. Factores psicológicos: provocados por afecciones como la depresión, por ejemplo. O bien por ser excesivamente perfeccionistas, por tener baja autoestima o tolerancia, por frustración o negativismo, por aspectos de nuestra personalidad, etc.

Consecuencias

¿Qué consecuencias atañe una mala gestión de la ansiedad? Sin duda, todas ellas negativas, ya que afecta a la persona en todas sus esferas de la vida, desde la personal hasta la social o profesional.

En casos complicados, hemos podido observar a personas que acaban víctimas del consumo y abuso de drogas, alcohol, tranquilizantes, etc. Por tanto, todo redunda en que, además, puedan aparecer otros trastornos psicológicos asociados, como depresión, insomnio, anorexia, etc.

Además, también puede provocar problemas de salud con componentes psicosomáticos, por ejemplo, migrañas, hipertensión, úlceras, problemas de cabello y de piel, etc.

Y, por supuesto, están los problemas psicológicos. Por ejemplo, inseguridad, falta de amor propio, pensamientos negativos, etc.

Cómo tratamos los trastornos de ansiedad

Tratar un trastorno de ansiedad implica que la persona que la sufre tiene que aprender a identificarla, gestionarla y, por supuesto, modificar sus conductas y comportamientos para que mejore.

En un grado elevado, ha de añadirse medicación y tratamiento profesional. No obstante, procesos como los implementados por coaches profesionales y por expertos en terapia cognitivo-conductual son útiles para una correcta gestión de la ansiedad.

Sea como fuere, si la ansiedad se vuelve intensa, constante e incontrolable, es muy importante que no intentemos tratarla por nuestra cuenta. Es el momento de contar con personas expertas y profesionales que te puedan ayudar. En nuestra plataforma, sin duda, encontrarás la figura del coach adecuado que mejor se adapte a tu problema para que te ayude a superar este trastorno en particular.