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5 consejos para cambiar de empleo y no morir en el intento

30 junio 2022

Cambiar de empleo no es una labor sencilla. De hecho, es habitual que tengamos miedo, que nos asuste un futuro que no vemos claro, sobre todo cuando dicho cambio es obligatorio.

No obstante, hoy en día, como trabajadores, debemos convertirnos en agentes del cambio, ya que, según los datos, la media actual de cambio de empleo por parte de un trabajador medio ronda los 3 a 5 años. Es decir, cada cierto tiempo, por el motivo que sea, muchas personas cambian de empresa, e incluso de sector.

Las razones

¿Por qué cambiar de empleo? Los individuos más veteranos del lugar recuerdan a sus padres pasando entre 30 y 40 años en la misma compañía, incluso en idéntico puesto toda la vida. Algunos tienen progenitores empresarios, que han logrado sobrevivir durante varias décadas, incluso heredando el negocio que pasa de padres a hijos.

Esta es una realidad que, hoy en día, cada vez se ve menos. El cambio va muy rápido, casi se podría decir que vuela, y que es parte de nuestro mundo. Así pues, que una empresa dure varias décadas es complejo, igual que el conseguir mantener un trabajo estable durante muchos años más allá del funcionariado público.

Dicho lo cual, algunas de las razones más habituales que esgrimen los trabajadores para cambiar de trabajo son:

  • Búsqueda de nuevas oportunidades y retos profesionales.
  • Mejora del salario que se percibe.
  • Necesidad de un horario más flexible que facilite la conciliación familiar.
  • Se sufre en un puesto de trabajo fenómenos como el acoso laboral o el síndrome de burnout.
  • Es un trabajo temporal mientras estudiamos.
  • Se nos avisa de que no se nos renovará, por lo que hemos de cambiar de forma obligatoria.

Estas son algunas de las razones más comunes que nos empujan a un cambio de empleo. Pero no son las únicas. Sean cuales fueren los motivos que te llevan a dicho cambio, has de avanzar con paso firme. Y es que, cualquier variación en nuestras rutinas laborales implica adaptación, época de transición, procesos novedosos y algo de ansiedad o estrés ante la nueva situación.

Consejos para cambiar de empleo

Ahora bien, ya has tomado la decisión, por la razón que sea, y el cambio de trabajo es una realidad. ¿Cómo lo hacemos? Primero, veamos algunos consejos que te pueden ser de gran utilidad.

Espera al último día para actualizar tus perfiles y anunciar la noticia al público

Entendemos que puedes estar ilusionado con el cambio y que es tentador anunciarlo a los cuatro vientos desde el día en que sabes que lo harás. Aun así, conviene actuar con paciencia. No es bueno anticiparse hasta que no esté todo hecho y bien cerrado.

Así pues, para comunicarlo a compañeros, jefes y círculos sociales que no sean los más íntimos, aguanta un poco, al menos, hasta el día antes de dejar tu antiguo puesto.

Una vez das el paso, llegado el fin, puedes actualizar tus redes sociales, e incluso enviar un email interno a esas personas que consideres que lo deben a saber, o a todos tus compañeros. Ahí te podrás despedir y también comentar los motivos que te han llevado a dar dicho paso.

No critiques tu puesto anterior. Tampoco a tus antiguas empresas

No se recomienda, tampoco en las entrevistas de trabajo, criticar a tus empresas anteriores. ¿Por qué? ¿Quién le asegura a ese nuevo contratante que no harás lo mismo en un futuro, si dejas también este trabajo?

Recuerda, además, que los circuitos laborales y los mentideros sectoriales son pequeños y todo el mundo se conoce, habla, comenta, etc.

Es decir, la nueva empresa en la que quieres trabajar podría pedir informes sobre ti. Si cualquier persona de tu futuro puesto de trabajo tiene contactos en el antiguo empleo, podría preguntar off the record y saber qué sucedió contigo, si realmente funcionas bien, si rindes tal y como esperan y, lo que es peor, igual que tú hablaste mal de ellos, ellos también podrían hacer lo propio y realizar informes negativos sobre tu persona y sobre tu profesionalidad.

Dicho lo cual, es importante que guardes siempre lo positivo y obvies en la medida de lo posible lo negativo. Si cambias, es porque buscas nuevos horizontes profesionales, y en tu nuevo puesto están disponibles, no así en tu anterior trabajo.

Encuentra expertos y mentores

Por un lado, ante los miedos que pueden aparecer al cambiar de empleo, antes de hacerlo, podemos contar con la ayuda de un coach. Es decir, esta es una persona que nos ayudará a salir de nuestra zona de confort y logrará que abandonemos pensamientos limitantes que nos impiden dar el paso, si fuera el caso.

Luego, además, conviene contar con un mentor. Una relación de mentoring será excelente, pues este será un compañero respetado y admirado que, dado que tiene más experiencia, será quien nos guíe en nuestra nueva aventura laboral.

Cada día más empresas destinan recursos a la rápida y conveniente adaptación de nuevas incorporaciones a la plantilla. Para ello, cuentan con mentores, profesionales experimentados que, durante un tiempo, se centran en la orientación de los recién llegados a los equipos de trabajo.

Fijación de objetivos

Sobre todo durante las primeras semanas de adaptación al nuevo empleo, hay que fijar objetivos concretos y realizables. Son pequeñas metas que, una vez cubiertas, darán pie a un gran logro.

Estos objetivos permiten que nos sintamos más seguros durante los primeros días, cuando todavía no conocemos bien la empresa, en trabajo concreto, a los compañeros, etc.

Crea tu propio calendario de tiempos adaptado a tus necesidades concretas. Por ejemplo, según tus habilidades, combinando pasos intermedios con grandes objetivos.

Piensa en metas como el conocimiento de compañeros, mejorar tu integración en el funcionamiento y organigrama de la empresa, el aprendizaje de herramientas nuevas, el manejo de programas, la adquisición de competencias, etc.

Poco a poco, notarás un mayor control sobre tu puesto y tu presencia en la empresa. Además, es una fórmula magnífica de transmitir entusiasmo, proactividad y ganas de integrarte, aprender y proponer.

Disfruta de tu nuevo puesto

Por supuesto, nunca debes olvidar que el hecho de cambiar de empleo debería ser motivo de alegría, sobre todo si es voluntario. Por tanto, a lo largo de este proceso, pese a los miedos y las inquietudes, también debes disfrutar del camino. Así que, tómate esto como un nuevo reto y pásalo bien, pues no es tan complicado y, con el tiempo, lo contarás como una anécdota.

¿Qué pasos seguir en el cambio de empleo?

Bien, ya hemos comentado algunos consejos que te van a resultar útiles. Ahora, pensemos en la siguiente fase necesarias: ¿cómo enfocar este cambio y qué pasos seguir para hacerlo de forma correcta?

Recordemos que puede ser duro, ya que todo es nuevo para ti si es la primera vez que lo haces. Así pues, ten muy claro que lo que haces es lo mejor. A partir de aquí, vamos a ver paso a paso cómo realizar el proceso de cambiar de empleo.

Cuestionamiento de tu situación actual

¿Cómo te encuentras actualmente? Piénsalo con sensatez, con sentido común y, sobre todo, con mucha sinceridad. ¿De verdad necesitas cambiar de empleo? ¿Sufres estrés, mobbing o simple desinterés? Analiza todos los factores personales, ambientales y profesionales antes de lanzarte a dar un paso tan importante como este.

En definitiva, tienes que alcanzar una conclusión clave: ¿eres feliz en tu trabajo? Si no es así, por los motivos que sean, conviene enfocar un cambio de empleo. Da igual si es por falta de novedades u opciones de progreso o simplemente porque tu labor no te motiva. Si no eres feliz en tu puesto, afectará al resto de facetas de tu vida. No lo olvides.

Huida de la zona de confort

Suele ser la fase más compleja. Escapar de la zona de confort tiende a ser el momento más difícil, ya que hay que dejar atrás creencias limitantes muy arraigadas en nuestro cerebro, tanto consciente como subconsciente.

Sabemos que este es un término muy manido, pero no por ello es menos realista. Y es que, por la propia condición humana, tendemos a acomodarnos, aunque sepamos que podemos estar mejor. Es más, imaginamos mundos en los que nos sentimos más felices, pero llegamos a pensar que eso es cosa de otros, y no nos atrevemos a dar el paso.

Como ya se ha comentado en este texto, el cambio atemoriza, porque lo desconocido, la incertidumbre, siempre preocupa. Ahora bien, cuando nos atrevemos y abandonamos la zona de confort, también emprendemos un viaje lleno de pasión, de aventuras y de disfrute.

Por todo ello conviene que, para cambiar de empleo, visualicemos cuál sería, hoy por hoy, un puesto de trabajo ideal. A partir de ahí, hay que trabajar para obtenerlo.

¿Cómo saber cuál es el puesto ideal? Visualizando, podremos observar qué talentos tenemos, qué habilidades poseemos, y qué fortalezas son las nuestras. A partir de ahí, pensemos y escribamos en un papelito cómo sería ese empleo perfecto en el que explotar al máximo estas competencias.

Pasa a la acción

Dicho esto, toca pasar a la acción y ponerse manos a la obra para hacer realidad el cambio. Es decir, no quedarnos solo en las ganas, en el deseo de cambiar. Hay que lograr que esto se haga realidad y que en un futuro próximo podamos disfrutar de ese empleo que tanto añoramos y deseamos.

¿Cómo lo hacemos? Hay que crear un plan estratégico adecuado dando los pasos necesarios para ello. Por tanto, para evitar frustraciones y agobios, tendremos que marcarnos unos plazos y, sobre todo, una serie de objetivos sensatos, reales y realizables, que sean de corto, medio y largo plazo.

A partir del establecimiento del plan, haremos una correcta planificación de movimientos. Por ejemplo, analizar el mercado y la oferta laboral existente, el tipo de perfiles que se buscan para esos empleos que deseas, etc.

Una vez veas qué buscan las empresas, prepara tu currículum y optimiza tu perfil profesional para encajar a la perfección en esos puestos. Analiza tu persona y fórmate si hace falta, gana nuevas habilidades, mejora las existentes, minimiza debilidades…

Luego, adapta tu currículum, envía ofertas personalizadas con cartas de presentación específicas y prepara con mimo las entrevistas de trabajo para lograr el puesto. Para todo ello será útil mejorar las habilidades de comunicación verbal y no verbal.

¿Es bueno cambiar de empleo?

Nos vamos aproximando a la conclusión de este artículo. Pero nos queda un tema por tratar. Muchas personas se preguntan si es bueno cambiar de empleo. Dicho así, podemos decir que sí, es positivo, siempre que para ti sea un avance.

Ahora bien, ¿es recomendable hacerlo muy a menudo? En este caso, ya no es tan interesante, ya que las empresas pueden pensar que somos personas demasiado inquietas, poco fiables, inestables, incapaces de conservar un puesto de trabajo durante mucho tiempo. Eso repercutirá de forma negativa en nuestro perfil y en nuestras búsquedas.

Por tanto, podemos decir, como antaño rezó el sabio dicho, que la virtud se encuentra en el término medio. Aprovechar esa escala de grises que existe entre el blanco y el negro es muy positivo.

Y es que, si lo miramos bien, cualquier profesional de los recursos humanos puede observar que una persona que lleva muchos años en el mismo puesto sin moverse de ahí es poco ambiciosa, conservadora en exceso.

Ahora bien, un experto de los RRHH también puede detectar en un individuo que cambia de forma constante de empleo que está ante un futuro empleado inestable, que no tiene las ideas claras, y que nunca está cómodo en ninguna parte.

Recuerda que, al cambiar de empleo, durante la entrevista, te preguntarán por qué has tenido tantos trabajos, o bien por qué no has tenido más. Necesitarás una respuesta para cada caso, sea cual sea el tuyo. No lo olvides.

Sea como fuere, desde nuestra plataforma podemos ayudarte. Si andas desnortado y sin saber qué hacer con tu vida profesional, prueba con el coaching. Los coaches son expertos que te pueden orientar en cualquier fase, para que encuentres las respuestas que ansías dentro de ti, realizando las preguntas adecuadas para que localices el camino idóneo en tu devenir vital, ya sea para cambiar de empleo, para trabajar de forma más productiva, o simplemente para encontrarte mejor en tu día a día.

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