Se escucha mucho hablar de la zona de confort, la necesidad de salir de ella y lo malo que tiene permanecer ahí. Pero, ¿sabemos exactamente qué significa y por qué no es positivo estar acomodado? Veamos a continuación en qué consiste.
En psicología se ha acuñado este término para definir un estado mental en el que una persona usa conductas de evitación de ansiedad y miedo en su vida diaria. Es decir, se basa en un comportamiento rutinario que le ayuda a un rendimiento constante, pero no se atreve a asumir riesgos. Se dice popularmente que ‘avanza con el piloto automático’.
Se llama así porque se dice que la persona está en una zona confortable, en la que no se arriesga y solo abarca lo conocido, que es donde el individuo se siente seguro, con todo bajo control.
Sin embargo, esta zona también se asocia a apatía, a vacío existencial y a vivencia rutinaria que provoca aburrimiento, abatimiento, falta de crecimiento personal e inexistencia de toma de decisiones e iniciativas que motiven y permitan satisfacer necesidades básicas.
Al ahuyentar las emociones negativas, también evitamos las positivas. Al abolir la incertidumbre y la inseguridad con el refugio en el entorno conocido, no se trabaja el crecimiento personal y profesional, por lo que esta zona de seguridad acaba por disgustarnos tanto o más que si nos arriesgásemos pese a las posibilidades de fracaso.
¿Qué conductas suelen ser paradigmáticas de las personas ubicadas en la zona de confort? Principalmente estas que te comentamos a continuación:
Esta es una pregunta retórica o de respuesta obvia. Sí, por supuesto que se puede escapar de la zona de confort. De hecho, es necesario. Ahora bien, no siempre es fácil, sobre todo si llevas tiempo en ella y sientes que te ha atrapado con fuerza.
Si tu caso es grave, lo mejor será ponerte en manos de un profesional. En nuestra plataforma vas a encontrar a muchos coachs especialistas que te pueden ayudar para que aumentes tu productividad, tu autoestima, tu seguridad, tu búsqueda de metas, etc.
Hay que ser psicológicamente muy fuerte para escapar de una zona de confort. La mejor manera es plantearse pequeñas metas que, superadas una a una, permita alcanzar el gran objetivo de la autoconfianza, la capacidad de creer en uno mismo para llegar allá donde cada uno se proponga.
No obstante, dado que una persona en la zona de confort puede mostrar rasgos ansiosos o incluso cuadros depresivos, no siempre es conveniente intentar esto sin la ayuda de profesionales.
El objetivo final, en realidad, es racionalizar. Ser conscientes de la necesidad de escapar de una situación dolorosa y perturbadora que nos impide ser nosotros mismos, nos limita, nos resta rendimiento y flexibilidad y nos aísla por la falta de confianza.
Así pues, el primer paso siempre es tomar conciencia de la situación. Solo así seremos capaces de observar que nuestros miedos y nuestras barreras mentales nos están limitando de forma drástica. A partir de ahí, conscientes de ello, podremos ir tomando medidas para superar la situación.
Poco a poco, según vamos escapando de la zona de confort, empezamos a ver con claridad los miedos que sufríamos anteriormente. Se superan barreras mentales y pensamientos limitantes y mejoramos de posibles situaciones estresantes capaces de provocar ansiedad o incluso depresión, como ya hemos comentado.
No obstante, escapar de esta zona también implica entrar en un terreno nuevo y desconocido que nos puede hacer sentir algo inseguros mientras exploramos. Sea como fuere, aceptaremos el reto, superaremos posibles envidias ajenas y descubriremos el rumbo que realmente queremos seguir con nuestras vidas, atreviéndonos a fallar, ampliando horizontes, creciendo en lo personal y reconociendo nuestras emociones.
Recuerda, si quieres ayuda en este apasionante proceso de escapa de la zona de confort, seguro que muchos de nuestros coachs profesionales te pueden resultar de gran ayuda. contacta ahora.
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