Aunque parezca sorprendente, mucha gente duda. ¿Cómo podemos saber si tenemos buenos amigos? ¿Están a nuestro lado por mero interés, o de verdad nos aprecian? A continuación, nos gustaría ofrecer algunas claves a este respecto. Sigue adelante y descubre lo que hemos preparado para ti.
Un proceso de coaching te permitirá ser más consciente de ti, de cuanto te rodea. Así pues, verás la realidad en la que te mueves con mayor objetividad, y entenderás mejor cuáles son tus emociones.
¿Por qué decimos esto? Porque la mejor forma de saber si nuestros amigos son de verdad es apostando por un profundo autoconocimiento. El saber qué hay a nuestro alrededor empieza por uno mismo.
¿Cómo son los verdaderos amigos? Se dice que son quienes nos acompañan, nos escuchan y, sobre todo, son capaces de sacar lo mejor de nosotros. Pero a veces podría ser difícil identificarlos, así que lo vamos a poner fácil con una serie de claves en las que nos hemos de fijar.
Recuerda que, a lo largo de nuestra vida, decenas, centenares e incluso miles de personas se nos van a acercar. ¿Todos vienen a nosotros con las mismas intenciones? No tienen por qué ser malas, como es lógico, pero tampoco buenas. Así pues, estará en nuestras manos decidir quién se queda cerca, y quién pasa de largo.
Para identificar a los buenos amigos conviene que sepamos qué hacen, por qué están a nuestro lado y qué cualidades demuestran. Para ello, piensa si esas personas que te rodean logran en ti algo excepcional. Por ejemplo…
Es una parte crucial de la buena amistad. La gente que te aprecia siempre se preocupará de que tu autoestima sea alta, resaltando tanto tus habilidades como tus aspectos positivos.
Pero ojo, que te levanten el ánimo no significa que siempre vayan a hablar de lo positivo que tienes. Como bien dice Tal Ben Shahar, el célebre profesor de la Universidad de Harvard, son necesarios los hermosos enemigos, que son esas personas que, en ciertos momentos, nos dirán cosas que no queremos escuchar, pero que serán verdaderas y nos ayudarán a crecer y, en un futuro próximo, a ser más fuertes y con más y mejor autoestima.
Sea como fuere, un amigo no te envidia ni te quiere mal alguno. Tenlo muy en cuenta para saber si esas personas que dicen ser buenos amigos tuyos en realidad lo son.
Es necesario que la gente que te rodea te apoye cuando más lo necesites. Es común que estén ahí cuando las cosas te vayan bien, pero también tendrán que comparecer cuando no sea así. Si no lo hacen, ya sabes que has de recelar, pues algo no va como debe.
Sea cual sea el camino que escojas, aunque no sea el que quizás ellos quisieran para ti, es tu decisión, y te han de apoyar en todo momento. ¿Cómo? Con mensajes, abrazos y palabras afectuosas. Así demuestran los buenos amigos que lo son y que están ahí para ti.
Un buen amigo te escucha de forma empática, entendiendo lo que le dices, poniéndose en tu lugar, y comprendiendo tus necesidades.
No hace falta que los amigos nos aconsejen. Si no se lo pedimos, es mejor que no lo hagan. Tan solo será necesario que se mantengan ahí, con su oído a nuestro lado, siempre dispuestos a escuchar, a comprendernos y a empatizar con nosotros.
Nos deben escuchar en todo momento, aunque estemos enfadados, vivamos un instante de notable pesimismo o nos mantengamos repletos de alegría. Ellos están ahí, apoyando, aportando, alegrándose por nuestros triunfos y acompañando en nuestros fracasos.
Si no te sientes cómodo con tus mejores amigos, entonces, ¿con quién lo puedes hacer? Es necesario que sepas que estás junto a una persona que no te miente y que trabaja para que no tengas que fingir. No quieras impresionar, pues con tus seres más amados puedes ser tú mismo, sin necesidad de tirar por conversaciones impersonales y poco sustanciosas. Muéstrate sin tapujos y sin mentiras.
Los amigos no son aquellas personas que no están a tu lado cuando lo necesitas. De hecho, es al revés. Cada vez que tengas ante ti un problema que no puedas resolver solo, tienes que poder acudir a las personas dispuestas a echarte una mano para salir de ahí.
Los amigos pueden dar su opinión si tú se la pides, así como recomendaciones valiosas. Pero, en cualquier caso, prestarán sus oídos para que entiendas que están a tu lado, y que no tienes por qué salir de cualquier pozo en solitario, sino con su apoyo fiel y cercano. Tómalos como un ancla a la realidad siempre que, de alguna manera, te sientas perdido o en una situación compleja.
Los buenos amigos siempre saben guardar tiempo para estar con aquellas personas que les importan. Tal vez os habéis hecho mayores, tenéis muchas obligaciones y los ratos libres de asueto ya son menos. Pero, aun así, sabrán buscar huecos para que paséis una tarde divertida, una noche de cine o unos minutos de amena conversación.
Tus amigos querrán pasar tiempo de calidad contigo, igual que tú con ellos. En eso consiste la amistad, y debe ir más allá del mundillo virtual, pues la cercanía, el roce y el cariño mutuo se demuestran mejor cara a cara.
Las personas siempre ocupadas que cancelan de forma constante los planes no se pueden considerar buenos amigos. Quien quiere y se esfuerza será capaz de hacer honor a la amistad y la valorará en gran medida.
En cualquier caso, hay gente que podría atravesar un mal momento. Tal vez necesite ayuda. Como amigos, tendremos que estar ahí para descubrir si ese es el problema, y para echar una mano si fuera necesario.
Los buenos amigos no mienten. De hecho, hacen todo lo contrario. Son personas honestas, sinceras, como las que se puede contar. No tienen necesidad de esconderse ante nadie, más bien al contrario, se muestran como son, sin engaños ni subterfugios.
Un amigo no dice aquello que otra persona quiere escuchar. Es como los ya citados enemigos íntimos, es decir, gente que, cuando lo considera necesario, nos puede ayudar a poner los pies en la tierra. Así que, si considera que estamos tomando una decisión equivocada, no tendrá problema en hacérnoslo saber.
Toda relación buena y franca se ha de basar en la sinceridad y la cercanía. Es decir, se dirá la verdad aunque duela. Eso sí, será hará con asertividad, con empatía, sin necesidad de buscar herir a la otra persona, o sin frustrarla innecesariamente.
Un buen amigo respeta a los demás, en especial, a las gentes a las que ama. Estará siempre al lado, demostrando con su amistad que es alguien en quien confiar, y en quien depositar secretos y anhelos, pues no va a traicionar la relación tan bonita que tiene con sus amados.
Un amigo que no te perdona deja de ser un amigo, ¿verdad? Si hay rencor y animadversión entre dos personas, raro será que puede existir una amistad sincera que cumpla con los requerimientos que estamos viendo hasta ahora.
Puede ser que nos equivoquemos, que actuemos mal en algún instante. Pero, si el arrepentimiento y el perdón son sinceros, nuestros buenos amigos sabrán estar a la altura. Los errores no pueden estar por encima del corazón y el cariño mutuo.
En definitiva, consideramos que ha quedado claro que disponer de amigos cercanos y buenos nos hace mejores personas, más plenas y felices. ¿Hay algo más bonito en la vida que compartir todo lo bueno que tenemos con aquellos que nos quieren y a quien queremos?
Aprender de los demás, dar lo que tenemos, recibir de aquellos que nos aprecian con sincera amistad… Todo esfuerzo es poco para demostrar a la gente cercana lo mucho que significan para nosotros. Por eso es tan maravilloso tener buenos amigos con los que compartir la vida.
Así es como sabes que tienes buenos amigos. Ahora bien, ¿estás tú a la altura? Es bonito recibir de quienes nos aman, pero también debemos dar, con honestidad, con respeto, con cariño, sin exigir nada a cambio.
Si nuestras relaciones se basan en estos paradigmas, estamos de enhorabuena. Vivimos en un mundo agradable, aunque realista, en el que nos rodeamos de gente franca y sincera, y eso nos hace muy afortunados.
Dicho esto, nos gustaría añadir otro inciso. En este caso, sabiendo cuándo van a estar los amigos a nuestro lado. Aquí podemos decir que…
A ver, expliquémonos. Los amigos estarán a las duras y a las maduras, como se dice de forma popular. Pero estar ahí cuando todo va bien es en realidad sencillo. Aparecer cuando las cosas se complican es lo que tiene mérito.
Dicho esto, cuando estemos atravesando un momento malo, por lo que sea (muerte de un amigo, de una mascota, de un familiar, ruptura sentimental…), ellos estarán ahí dándonos ánimos y ayudándonos a seguir adelante aunque todo parezca muy negro.
Sin subterfugios, pero también si querer hacer daño. El buen amigo te dirá la verdad, y, si estás equivocado, aunque te duela, te lo hará saber, si es que considerar que estás errando, para que no perseveres en ello.
Siempre que quieras hablar, ahí tendrás a un amigo. Da igual si es con una llamada telefónica, con un rato de conversación con WhatsApp o cara a cara, la mejor opción. El caso es que, si quieres, necesitas o te apetece desahogarte, puedas contar con él.
A veces es mejor el silencio, otras necesitas alguien que te ayude a levantarte, pues estás desanimado y sin ganas de nada. El caso es que todo bajón puede ser superado con el apoyo de un buen colega que te conoce y que sabe qué resortes tocar para que te vengas arriba.
¿Piensas que en ocasiones se te va la mano? Has bebido mucho, trabajas demasiado y empiezas a estar agotado o bien estás hasta arriba de todo… Sea como sea, si te descontrolas, los buenos amigos sabrán que algo no anda bien y estarán ahí para devolverte ese plus de cordura que quizás te está faltando.
Cuando te falta la motivación para salir, para trabajar o para cualquier evento de la vida, los buenos amigos saben cómo devolverte ese estado de ánimo para que des los pasos adecuados.
No debe un buen amigo agobiar a las personas a las que aprecia. Más bien al contrario, sabe darle espacio a las personas para que desarrollen sus propias ideas cuando estos lo necesitan. Por ejemplo, cuando quieres reflexionar, pensar en tus cosas, cuando comienzas con una relación nueva, etc.
Si una persona te gusta, si tienes conocidos o familiares que no son tan cercanos a tus amigos, como mínimo, si son tus verdaderos amigos, los respetarán, más allá de que puedan tener mayor o menor relación o de que se caigan mejor o peor.
En efecto, los buenos amigos, aunque no las compartan, van a respetar tus opiniones, por más distantes que sean. Podréis chocar, discutir y debatir, pero siempre habrá entre vosotros una cordialidad que va más allá de lo que cada uno opine. Debe haber una absoluta libertad de pensamiento.
Si quieres saber si tienes buenos amigos, o deseas conocer gente que te respete y te quiera como eres, lo mejor es empezar por ti mismo. Y eso lo puedes lograr hoy mismo con la ayuda de un coach profesional. Tus metas, tu autoestima y tu bienestar pueden estar a la vuelta de la esquina si confías en nuestros expertos.
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