Cómo saber qué estudiar - somoscoaching.com
7 julio 2022

Ya tengamos 17 o 18 años, o bien 30, 40, incluso 50, 60 o más, nunca es tarde para volver a abrir un libro y formarnos adecuadamente. Ahora bien, ¿cómo podemos saber qué estudiar? ¿Hay alguna varita mágica o algún método infalible que nos facilite la elección de grados y cursos?

La verdad sea dicha, la respuesta es no, no existe una técnica funcional que nos vaya a asegurar la elección perfecta que nos asegura que no fallaremos? Pero sí que tenemos a nuestra disposición fórmulas, e incluso profesionales, que nos facilitarán esta misión. Lo vemos.

¿Por qué estudiar?

Tal vez seas de esas personas que no le ve salida ni interés a eso de los estudios. Igual estás pensando en acceder al mercado laboral de forma inmediata sin seguir tu formación más allá de la opción reglada que te mantiene en Secundaria hasta los 16 años.

En cualquier caso, conviene que sepas que un título nunca pesará en tu currículum. Es más, será necesario, y probablemente te abrirá muchas más puertas de las que imaginas.

Podríamos decir que el mundo vive hoy en día una especie de enfermedad llamada “titulitis”. Las empresas, dependientes de su departamento de Recursos Humanos, quieren saber que las personas a las que contratan, además de experiencia, tengan los conocimientos adecuados, y esos se consiguen por medio de grados, cursos y otro tipo de formación, tanto reglada como no reglada.

Por tanto, y dado que hay una ingente oferta formativa hoy en día, ¿por qué no esperar a acceder al mercado laboral? Es más, si necesitas trabajar ya, prueba la fórmula de estudiar mientras mantienes tu empleo. Te aseguramos que, de cara a un futuro más prometedor, es la mejor opción.  

¿Qué pasos dar para elegir estudios?

Vale, tenemos claro que queremos estudiar. Ahora bien, ¿qué formación elegir? Si no tienes clara cuál es tu vocación actual, toma nota de estos consejos y pasos para centrarte y acertar en tu selección.

Reconoce tus pasiones

Lo primero que haremos es reconocer nuestras pasiones verdaderas. ¿Con qué tipo de hobbies pasamos muchas horas? Puede ser la lectura, los videojuegos, los animales, las plantas, los ordenadores, incluso las redes sociales…

Hoy en día, encontramos múltiples salidas y, como dice el dicho, trabaja en algo que te apasione y no trabajarás nunca. Así que, si te enloquecen las redes sociales, incluso los videojuegos, la publicidad, la televisión… Todo ofrece empleos. Ahora bien, no significa que sea fácil conseguirlos, pero tampoco es imposible.

Analiza tus habilidades

Una vez hemos identificado nuestros hobbies, y sabemos que nos gustaría elegir una profesión relacionada con ellos, debemos identificar nuestras habilidades. ¿Tenemos lo que se necesita para ello?

Por ejemplo, las personas que tienen facilidad para orientarse, para trabajar su cuerpo, suelen mostrar interés por la danza, por la música, por los viajes…

Piensa en tus talentos y combínalos con tus aficiones. De ahí saldrá un resultado obvio que te mostrará qué hacer con tu vida profesional.

Como es lógico, te faltarán habilidades y competencias para convertir ciertos hobbies en profesiones reales. Pero no te preocupes, para eso está la formación, para obtener esos elementos que te faltan.

Además, en todo momento puedes contar con profesionales que te ayuden. Por ejemplo, los coaches son expertos capaces de orientarte en este camino. Ellos estarán a tu lado para que encuentres dentro de ti eso que no sabes que llevas, pero está ahí. Lograrán que expandas tu mente, que salgas de tu zona de confort y que elimines pensamientos limitantes que te incitan a pensar que no puedes o que no vales, por ejemplo.

Define tus metas de forma realista

Este es el momento en el que, para saber qué estudiar, hemos de ser muy sinceros con nosotros mismos. De lo contrario, no servirá de nada definir metas si son irrealizables, como podrás imaginar.

Dicho lo cual, debemos idear una planificación a corto, medio y largo plazo, señalando las metas que queramos ir logrando en el tiempo. pensemos cómo nos gustaría estar mañana, pasado, dentro de una semana, dentro de un mes o dentro de un año. Luego, toca meditar: ¿estamos haciendo ahora mismo lo que debemos para alcanzar nuestros objetivos? Si es así, adelante. Si no, ¿a qué esperamos para ponernos manos a la obra?

Prepara tu calendario según tus objetivos. ¿Necesitas más formación, más nota en alguna materia en común, más habilidades, mayor presupuesto? Con todo ello, realiza este plan que te lleve a lograr tu meta.

Ten altitud de miras

Pensemos a largo plazo y, en cierta forma, a lo grande, pero también con sensatez. Busquemos metas elevadas, aunque no hay que olvidar que el mundo es un lugar cambiante, que puede variar. Por eso necesitamos también planes de contingencia y adaptabilidad, para ser capaces de reaccionar ante los vaivenes de la vida.

Recuerda que, cuando empiezas con un plan de estudios a medio o largo plazo, vas a endeudar a tu yo futuro, que tendrá que continuar con los proyectos que tu yo del presente pone en marcha.

Tengamos en cuenta qué puede pasar dentro de un año, de cinco o de diez. Y es que, aunque decidamos estudiar algo que nos encanta, también hay que pensar en todo. Por un lado, que tenga salidas laborales. Por otro, que nos guste lo suficiente como para que, dentro de una década, no estemos hartos de ese trabajo que elegimos al seleccionar estudios.

Investiga el mundo estudiantil

Como ya se ha comentado, para saber qué estudiar hemos de investigar primero. En la actualidad, la oferta es enorme. Hay mucho donde elegir, y bastantes titulaciones disponibles.

Dicho esto, investiga bien cada grado, cada carrera universitaria, cada curso, privado o público. Mira los planes de estudio, las instituciones en que se imparten y, si puedes, analiza a los profesores que te darán clase.

Eso sí, una vez conozcas bien el mundillo y te hayas decidido, conviene ser perseverante y no dejarlo a medias. Escojas lo que escojas, es interesante acabarlo, pues puede ser incluso una primera prueba de tu compromiso con tu formación y con tu futuro empleo.

Haz tus propias cuentas

Estudiar cuesta dinero. Nos encantaría que fuera de otra forma, pero esto es así. Incluso una universidad pública requiere de una matrícula, por ejemplo, aunque sea más barata. También de bibliografía, fotocopias, residencias…

En cualquier caso, tienes que hacer tus cuentas. Si no posees mucho presupuesto para avanzar con tus estudios, puedes ver las ayudas existentes. Las hay que son otorgadas por los gobiernos, tanto nacionales como regionales. Hay tasas, pero también cursos gratuitos como los ofertados por los Programas de Garantía Juvenil, por ejemplo.

Sea como fuere, igual que preparas planes de objetivos y de contingencia, también deberás hacer lo mismo con el apartado económico. Identifica los años que tendrás que estar en formación, tus posibilidades monetarias, los costes totales… Y luego, no te agobies. Hay opciones y posibilidades, puedes buscar un trabajo a media jornada, por ejemplo, etc.

No serás el primero que enfrenta estos problemas. Ya les ha ocurrido a muchas personas y han logrado salir airosas. ¿Por qué no vas a ser tú el siguiente? Al mal tiempo, buena cara. No lo olvides.

Haz acopio de recursos propios

Este es un proceso largo en el que estás implicado, sobre todo, tú, que eres el protagonista principal. Así pues, tendrás que hacer acopio de todos los recursos que tengas a tu disposición.

¿Qué entendemos por recursos? Todo, desde los materiales hasta los humanos. Si hay personas cercanas que te pueden ayudar, acepta su apoyo. Pueden ser familiares, amigos o profesionales de la enseñanza, como orientadores, profesores, etc. Sea como fuere, úsalos en tu favor.

También los recursos materiales van a ser necesarios y útiles en este sentido. Piensa en cualquier detalle, desde dinero hasta material que ya poseas, como mochilas, lápices, bolígrafos. Todo eso es ahorro para el estudio, pues no tendrás que comprar tanto.

De la misma forma, puedes hacer uso de recursos online. Existen test que te ayudan a encontrar tu vocación, facilitan que aprendas nuevas habilidades sabiendo cuáles te faltan, etc. Busca bien y no dejes pasar esas oportunidades.

Contacta con expertos del campo que te gusta

Antes de arrancarte a estudiar, recuerda que puede ser interesante hablar de forma previa con personas que ya trabajan en aquello a lo que tú, algún día, te querrías dedicar.

Así pues, sea lo que sea, por ejemplo, informática, maquillaje, dirección de empresa, hostelería… Charla con personas que ya ejerzan esas profesiones.

No hace falta que la conversación sea muy larga. En apenas diez o quince minutos descubrirás si esa persona es una apasionada de su trabajo o no.

En cualquier caso, lo que te diga la gente solo será una aproximación, un consejo. Luego, tú eres la persona que ha de decidir. Tanto si su experiencia es positiva como si no, tú eres tú, y con ello has de contar. No pienses que porque alguien ame u odie su empleo y sus estudios a ti te va a pasar lo mismo.

Lee cada detalle

Saber qué estudiar implica que debes leer bien cada detalle de tu plan y de las opciones que el mercado ofrece. No dejes pasar ni una sola línea sin estudiar en profundidad.

Y es que, cada universidad, cada centro, cada curso, incluso cada profesor, tiene sus propias características a tener en cuenta. Estudia bien que todo se adapte a tus necesidades, y que sea justo lo que buscas.

Mira bien las titulaciones, las salidas, los años o meses de estudio, los planes, las posibilidades de especialización, las asignaturas, los temarios y temáticas… Como ves, hay mucho en lo que detenerse para entender bien qué estudiar y qué futuro nos espera.

Flexibiliza tus opciones

Debes ser flexible contigo mismo. Es decir, tómate tu tiempo, ve mirando con tranquilidad, aunque intentes que no se te haga demasiado tarde y, sobre todo, ve con mucho tiempo para decidir.

Nunca es demasiado tarde, no obstante. Si una vez avanzas en tus estudios ves que el asunto no es tan bonito como esperabas, siempre puedes intentar volver hacia atrás y decidir de nuevo. Ahora bien, no podemos caer en el error de probar una y otra vez, hasta el infinito, pues no avanzamos.

En cualquier caso, la flexibilidad es necesaria, y debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y nuestros anhelos. Así pues, busquemos con ahínco, pero sin exigirnos demasiado, tanto, que no podamos decidir.

Entonces; ¿por qué estudiar?

En resumen, y dicho esto, ¿por qué deberías estudiar, y por qué hacerlo con algo que realmente te guste? Hay muchas y muy diversas razones. Aquí te proponemos algunas, ya te decidas por formación universitaria o profesional, por idiomas o por cursos:

  1. Vas a tener más oportunidades laborales. Como decíamos al comienzo del artículo, hay cierta tendencia a la “titulitis”. Así que, si tienes un título oficial, se abrirán más puertas que si no lo posees.
  2. Mejores sueldos. Esta es una realidad palpable. Cuanta más titulación tengas, más opciones de aspirar a una remuneración más elevada. Así que, si tienes superada la universidad, e incluso un master o hasta un doctorado, podrás obtener rendimientos más elevados de tu trabajo.
  3. Crecimiento personal. es obvio que estudiar y formarse ofrece un mayor crecimiento profesional, sobre todo a medio y largo plazo. Pero también ayuda a explotar todo nuestro potencial humano y personal. Hay que esforzarse, especializarse y dar el máximo para lograr el título. Todo ello es bueno para nuestras habilidades, para nuestra seguridad y, sobre todo, para cumplir nuestras metas.
  4. Nueva red de contactos. También facilita crear nuevas redes de contactos, conocer gente experimentada con aspiraciones e intereses similares, etc. Incluso podemos obtener relaciones y amistades que duren en el tiempo.
  5. Mejor desarrollo. No solo personal, también social, de nuestra comunidad y de nuestra gente. Y no nos olvidamos de nuestra familia. Cuanto más felices estemos con nuestros estudios y con nuestra profesión, más lo estarán las personas que nos rodean.

Dicho esto, sigue estos pasos para ser qué estudiar. Y, si todavía guardas dudas, no tardes en contactar con un coach profesional que te pueda servir de ayuda y de guía en este proceso tan importante y esclarecedor para tu futuro.

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