Trabajar desde casa puede ser muy sencillo… o un suplicio. Y es que, dependiendo de las condiciones de cada persona, lo simple se puede convertir en complejo y viceversa.
No obstante, lo principal que hemos de lograr para trabajar desde casa es alcanzar una productividad óptima. ¿Qué es lo que puede evitarlo? Siempre están ahí las temibles distracciones.
Dependiendo de cada situación, encontramos muchos elementos que pueden provocar que perdamos la atención de lo importante. Si hay niños en casa, si estás pensando en que tienes que hacer la comida, la plancha o la lavadora, todo eso son distracciones que provocarán que no te centres.
Y es que no hay que olvidar que en casa estamos en nuestro hogar. Es decir, es una zona en la que nos solemos relajar, disfrutar del tiempo libre, de la familia y de los ratos de asueto.
No siempre es fácil compaginar el lugar de reposo con una zona de trabajo. Sin embargo, no es imposible. Así que, a continuación, descubrirás cómo lograr que seas una persona muy productiva sin salir de las cuatro paredes de tu vivienda.
Llega el gran momento. Vamos a saber cómo crear un ambiente adecuado para trabajar desde casa. Y es que, si sigues esta serie de indicaciones, vas a poder optimizar tu rendimiento y, además, seguramente alcanzar una productividad mucho mayor de la que imaginas.
El primer paso es crear un espacio adecuado para trabajar. Piensa en una oficina en un edificio en el que hayas estado empleado alguna vez. Allí también conviene realizar espacios que animen a la inspiración y a la concentración.
Por eso es necesario que establezcas un lugar con una correcta iluminación, a ser posible, que incluya también luz natural. Así podrás aprovechar las horas del día para disfrutar de ese sol que nos mejora mucho las habilidades y nos inspira a seguir trabajando mejor.
Además, conviene que el lugar esté también adecuadamente ventilado. Así será respirable y tendrás aire limpio para disfrutar y sentirte mucho mejor.
Y, por supuesto, asegúrate de que es un espacio silencioso, cómodo, tranquilo y en el que no te vaya a interrumpir nadie innecesariamente.
Luego, añade cuanto necesites para trabajar. Por ejemplo, el color de las paredes, pósteres con frases o imágenes motivadoras y cuanto consideres que te pueda ayudar a ser más productivo.
Y, por supuesto, combina una silla cómoda, una mesa amplia y todos los elementos que necesitarás para trabajar. Por ejemplo, el ordenador, los lapiceros, folios y otros elementos. Si estás constantemente levantándote para coger esto o lo otro, acabarás por no concentrarte de forma adecuada en ningún momento.
Este consejo no solo será útil para trabajar desde casa. Siempre que necesites concentración, conviene que silencies todos tus equipos informáticos. No dejes que entre ninguna notificación para evitar molestias e interrupciones que impidan que puedas hacer tu trabajo de forma correcta.
Recuerda, mientras estás trabajando, tu casa deja de ser tu hogar para convertirse en tu oficina. Es muy importante que lo tengas sobradamente claro. Así que, todo eso que haces mientras lees un libro, preparas la comida o miras un rato la tele lo has de dejar atrás. En cuanto entres en el despacho habilitado para llevar a cabo tu labor, olvida todo lo demás, desconecta de tu rutina hogareña y conviértete en tu versión profesional.
Hay quien desconecta todos los aparatos salvo el propio ordenador que su usará para trabajar. Pero ciertos profesionales incluso eliminan distracciones quitando la señal del teléfono fijo, por ejemplo.
El caso es que, aunque no convenga exagerar, sí que hay que hacer todo lo posible por evitar distracciones innecesarias. De ahí que la música de los mensajes entrantes y las alarmas de las llamadas puedan ser muy perjudiciales para crear un ambiente adecuado que permita motivarnos y concentrarnos convenientemente.
Ya hemos comentado que debes crear un espacio propio. Ahora bien, por más que tengas ese cuarto o despacho, los límites siguen sin estar claros si eres demasiado consciente de que estás en tu casa.
Así pues, es clave que te hagas unos horarios y que consideres importante saber que las horas de trabajo están dedicadas a trabajar, y no a hacer la comida, pensar en el cole de los niños y coger el telefonillo para abrir al cartero.
Comunica a los demás miembros de la familia que las horas en las que estás ocupado son solo para ti, y que no te pueden interrumpir. Es como si estuvieras en la oficina, solo que en este caso la tienes en tu propia casa.
No dejes que la comodidad de no salir de tu hogar se convierta en un infierno porque tus obligaciones de la casa no te permiten alcanzar el punto óptimo de tu motivación y tu concentración.
Si en tu casa hay mucho ruido, utiliza herramientas específicas que te permitan la concentración adecuada. Por ejemplo, audífonos que minimicen los sonidos que proceden del exterior.
Para evitar ruidos de otras partes de la vivienda o de la calle, tal vez los niños jugando o alguien pasando la aspiradora por casa, puedes usar tanto tapones como audífonos capaces de cancelar los sonidos que proceden de otras salas o incluso de la calle.
Además, hay otras muchas herramientas que te pueden resultar útiles. Por ejemplo, las libretas, los post-it, etc.
Lo importante es que tengas todo a mano y que no falte de nada. Piensa en el despacho o la zona en la que trabajas como una oficina externa. Así podrás acudir a por eso que te está haciendo falta sin que pierdas el tiempo.
Y ten siempre cerca papel y lápiz para apuntar. Nunca se sabe cuándo puede aparecer una idea brillante que querremos tener a mano para aplicarla cuando convenga.
Igual que sucede en una oficina exterior, también aquí tienes que crear un buen ambiente. Ya hemos hablado de la inserción de elementos que faciliten la concentración. Añade, por ejemplo, música, siempre que esta no te entretenga y te sirva para mantenerte atento a tus labores.
Es importante que nos conozcamos bien si vamos a trabajar desde casa. Y es que, si somos sinceros, sabremos hasta dónde podemos llegar y hasta dónde no.
Todo el mundo ha de entender cuáles son sus competencias. Y si no las conoces, lo mejor es que te pongas a saberlas cuanto antes, pues será muy útil para ti. Por eso, conviene que contactes con un coach, por ejemplo, para que empieces a conocerte mejor.
El caso es que no todo el mundo trabaja bien desde casa. En cualquier caso, ha de hacer un gran esfuerzo porque esta opción salga bien y sea productiva.
Así pues, al conocernos mejor, podremos también organizarnos mejor. Por eso crearemos listas de tareas adecuadas, horarios que nos convengan mejor según nuestra productividad, etc.
No lo olvides, es muy importante saber quiénes somos, cuánto podemos dar y en qué momento rendiremos mejor.
Muchas pequeñas metas conseguidas significan que podemos llegar a obtener un objetivo de mucho mayor calado. Por eso conviene ir poco a poco, para evitar frustraciones innecesarias.
Si de primeras queremos rendir al máximo sin tener experiencia en el trabajo desde casa, es posible que pronto nos desmotivemos.
Por eso, cuando empieces con estas dinámicas, ve poco a poco. Exígete según tus capacidades y, según vas logrando cada nuevo pequeño objetivo, tendrás que ir a por el próximo.
Generalmente, conviene comenzar por lo más complejo e ir dejando las tareas que exigen menos esfuerzo para el final. Se debe a que, si empiezas por la mañana, por ejemplo, estarás más despejado y con más energía para ocuparte de esos asuntos más engorrosos que requieren de máxima atención y concentración para su solución.
A lo largo de la jornada, notarás que el cansancio va haciendo mella en ti. Es entonces cuando puedes solucionar otras tareas más sencillas que no tienen tanta exigencia para ti.
Este método ordenado, al trabajar desde casa, conviene organizarlo según los horarios del hogar. Por eso, cuando más tranquila está la casa, más fácil será centrarse en lo importante. Así pues, será ahí cuando debamos plantear las tareas para que las más complejas se puedan llevar a cabo en esos instantes en que tienes espacio y tiempo para una concentración total.
Trabajar en casa no implica que no debamos cuidarnos. Las tareas no son más sencillas porque se hagan fuera de la oficina. Por eso conviene trabajar al máximo el cuidado y la higiene personal. De esta forma saldrá todo mucho mejor.
Es necesario comer bien, llevar unos horarios estrictos, elegir una dieta rica en nutrientes saludables y, por supuesto, hacer pequeños altos para tomar algo cada no más de tres o cuatro horas. Con diversas ingestas frugales cada cierto tiempo nos mantendremos enérgicos.
Evita la comida copiosa, pues no te hará ningún bien, te dará sueño y te impedirá concentrarte adecuadamente.
Dúchate por las mañanas o antes de empezar a trabajar para estar más despierto y enérgico.
Y, por supuesto, duerme al menos siete horas, ocho si es posible. Así tendrás todo lo que necesitas para dar abasto en tu jornada laboral.
El deporte es básico siempre. Mantener una actividad física moderada al menos tres veces por semana nos permite estar más centrados, más productivos y mucho más enérgicos.
Así pues, antes de comenzar a trabajar, o después si no es posible, es interesante hacer ejercicios. Tal vez algo de carrera continua, andar a buen ritmo, gimnasia de mantenimiento en casa…
Si lo haces antes de trabajar, al principio de la jornada laboral, ganarás en energía para afrontar el resto del día, pues el deporte activa el organismo. Pero si no puede ser, no te preocupes, hazlo por la tarde. También te puede ayudar a rebajar tensiones y estrés.
Los descansos durante la jornada laboral son necesarios para recuperar energías y para que nos podamos mantener concentrados durante más tiempo.
Se sabe que nuestro cerebro, pasados 40 o 50 minutos, pierde capacidad de atención y concentración. Así pues, es importante que, trascurrido ese tiempo, hagamos una pequeña pausa de 5 o 10 minutos antes de retomar la labor.
Una buena media puede ser esta:
En cada pausa que hagas, puedes aprovechar para estirar las piernas, caminar un poco, hacer una llamada, consultar mensajes, etc. También es buen momento para picar algo sano y saludable para tener más energías a la hora de continuar con tus importantes labores.
Sea como fuere, y por el hecho de estar en casa, no debes permitir que estas pausas sean demasiado largas, pues perderías el hilo de tu concentración y acabarás por procrastinar más de la cuenta si no eres muy fuerte en este sentido.
Meditar a través de cualquier modalidad, hacer uso del Mindfulness o aprovechar alguna de las muchas opciones que disponemos hoy en día para ser más conscientes de nuestra vida y realidad también es una herramienta útil para optar a una máxima concentración trabajando desde casa.
A la hora de saber cómo evitar distraerse para trabajar desde casa conviene utilizar cuanto esté a nuestra mano. Estas fórmulas y técnicas son ideales para mantener la calma y la atención. Por eso, incluso mientras haces un descanso entre trabajo y trabajo, pues aprovechar para meditar un ratito y volver con mayor concentración a la labor que hacías antes.
Ya sabes, a grandes rasgos, cómo evitar distraerse para trabajar desde casa. Ahora bien, entendemos que no siempre es fácil para todo el mundo. Por eso te proponemos que, si ves que te cuesta, contactes con cualquiera de los coachs que encontrarás en nuestra plataforma. Aquí hay profesionales muy preparados para que comiences una nueva vida en la que seas una persona más productiva y centrada. ¡A por ello!
Error: No se han encontrado entradas.
Asegúrate de que esta cuenta tiene entradas disponibles en instagram.com.
