Miedo, tensión, ansiedad, estrés, fuerte deseo de salir corriendo, sudoración… Todo esto y mucho más lo podemos sentir antes de hablar en público. Sin embargo, a través de diversas técnicas, igual que con ayuda profesional, podemos aprender a enfrentarnos a un auditorio abarrotado, dar nuestro discurso y salir triunfadores.
Y es que, aunque parezca algo muy puntual, el miedo a hablar en público es más común de lo que a priori se pueda pensar. De hecho, lo sufren muchas personas e incluso grandes oradores lo pasaron mal en sus primeros intentos. Pero perseveraron hasta superar sus miedos.
La percepción de peligro provoca que hablar en público se convierta en algo arriesgado. Pero en realidad no lo es. Por eso es necesario evitar ese sentimiento de que realmente estamos en peligro, ya que no lo estamos.
Descubre cómo aprender a hablar en público paso a paso
Para que aprendamos a hablar en público y perdamos el miedo y la vergüenza, los expertos ofrecen algunas claves. Para comenzar, apunta estas:
- Observa. Es decir, mira a oradores profesionales. Obsérvalos, estudia su comportamiento, su forma de hablar y mover las manos y el cuerpo, su expresión verbal y no verbal…
- Imita. Entre los grandes expertos verás algunos referentes a los que imitar. Descubre los que más se parezcan a ti o a lo que quieres transmitir.
- Practica. Luego, llega el momento de la práctica. Tendrás que caerte varias veces antes de hacerlo bien. Aprende, repite una y otra vez y entrena hasta encontrar tu propia voz.
- Pule los errores. Una vez hemos ido creando nuestro estilo, tendremos que reconocer los errores que comentemos. Según los vayamos identificando, tocará el turno de pulirlos y mejorar nuestro aprendizaje.
Consejos para dar un buen discurso ante el público
Y ahora, una vez que hemos visto cómo perfeccionar la técnica de hablar ante el público, ¿te parece si estudiamos algunos consejos útiles para que cada charla, discurso o presentación que tengas que hacer sea perfecta? Pues toma nota:
- Cree en ti: si tú no te quieres, difícilmente puedes querer a otros. En este caso, si tú no crees en ti, no esperes que los demás lo hagan. Tú eres lo más importante. Confía en tus capacidades y en tu trabajo.
- No te juzgues con excesiva dureza: de hecho, lo mejor es que en este punto seamos objetivos. Nos podemos grabar y evaluarnos como oradores, pero tratando de evitar subjetividades y excesos.
- Fuera nervios: esta es una clave difícil de cumplir. Algunos oradores con años de experiencia siguen sufriéndolos antes de enfrentarse al respetable. Por eso, podemos hacer ejercicios de respiración que nos ayuden a afrontar el reto con la mayor tranquilidad posible.
- Técnicas de relajación: a colación del punto anterior, también podemos aplicar, más allá de las técnicas de respiración, las de relajación progresiva de Jacobson.
- Estudio: estudia al detalle el tema de la exposición y domínalo por completo. Es la mejor forma de que logres hacer un buen discurso.
- Objetivos claros: mientras das tu discurso, no divagues. Prepara bien el contenido para saber en todo momento qué decir y cómo transmitirlo.
- Audiencia objetiva: cuanto mejor conozcas a tu audiencia, más herramientas tendrás en tu poder para saber qué le interesa y cómo comunicarte con ella.
- Genera interés: lanza alguna pregunta, declaración impactante, chiste, juego de palabras, datos sorprendentes… Es decir, llama la atención de tu público desde el minuto cero. Todo eso te ayudará a establecer un buen ambiente.
- Naturalidad: en todo momento debes comunicar con sencillez, con naturalidad, con claridad, usando palabras comprensibles y vocabulario entendible.
- Aprovecha los silencios: es decir, no hables todo el rato, y tampoco lances un discurso atropellado. Haz pausas, descansa la voz, deja que la audiencia interiorice lo que le estás transmitiendo, crea expectación…
Todos estos consejos te van a ayudar a hablar en público, a transmitir ideas claras y a ganarte a tu público en cada charla o coloquio que des. ¡Suerte!
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