El miedo a la incertidumbre es uno de los más normales que existe. Es lógico que nos sintamos inseguros cuando no sabemos qué puede ocurrir. En situaciones de peligro, nuestra reacción será adaptativa, por eso es posible sentir reparo, sea irracional o no.
Sea como fuere, el miedo a la incertidumbre podría llegar a ser incapacitante. Por ejemplo, cuando alguien quiere salir de su zona de confort. Por eso no es mala idea contar con ayuda profesional, proceso en el cuál el coaching podría ser una herramienta vital. Lo vemos.
Vamos a ver paso a paso cómo podemos hacer frente a la incertidumbre superando momentos de malestar que nos pueden dejar paralizados. Toma buena nota.
Tal vez muchas personas querrían tener todo controlado, pero es algo imposible. Miremos a nuestro alrededor. El mundo está lleno de individuos, de elementos, de una naturaleza que no se va a dejar domesticar para que nosotros vivamos con mayores certidumbres.
El miedo al cambio es natural, pero también el cambio lo es. Por eso es mejor que contemos con que todas las decisiones que tomemos tendrán una parte de incertidumbre, de imposibilidad de control. No dejemos que nuestros propios pensamientos nos saboteen y seamos conscientes de que siempre hay que dejar un cierto espacio a la improvisación y los cambios de última hora por si aparecieran.
¿Te cuesta afrontar el miedo a la incertidumbre? Experiméntalo. Da un paso al frente y supera esos terrores. No puedes predecir el futuro, hay mucho que no sabes y que probablemente jamás llegues a aprender. Acéptalo, pues es irracional creer que se puede tener todo bajo control.
Nadie sabe realmente qué sucederá mañana. Hay muchas cosas que pueden salir mal. El clima y la naturaleza, por ejemplo, pueden dar al traste con un día de playa o una caminata por el campo. Tenlo siempre presente, pues lo que vives es el aquí y el ahora, lo demás son promesas de futuro que se podrán cumplir o no.
En muchas ocasiones, no centrarnos en el presente nos lleva a crearnos expectativas irreales del mundo. Hay que planificar, obviamente, tener objetivos y buscar metas que cumplir. Ahora bien, también hay que disfrutar de los logros que se obtienen en el presente con los pies en el suelo.
A veces, nosotros mismos somos nuestros peores enemigos porque no tenemos compasión con nosotros. Aspiramos a unos niveles de exigencia tan elevados que no somos capaces de aceptar el fracaso, lo que permite que aparezca la frustración.
La persona frustrada termina por tener miedo de todo, sobre todo de lo que no controla, como la incertidumbre. Por eso es mejor vivir el presente, aprender del triunfo y el fracaso y, por supuesto, querernos, respetarnos y exigirnos en la medida de nuestras posibilidades, ni por encima, ni tampoco por debajo.
Hay muchas opciones para relajar nuestra mente. Por ejemplo, por medio del mindfulness, a través del yoga, con la ayuda de un coach profesional, etc.
Disponemos de muchas herramientas que nos van a servir a ganar en paciencia, comprensión, observación y valentía. Lo importante es que nos mantengan motivados, mejorando la confianza en nosotros mismos y en nuestras verdaderas posibilidades.
Estos datos te serán útiles para saber cómo afrontar el miedo a la incertidumbre. Busca motivación, confía en ti y, si sientes que te falta algo, recurre al coaching. Aquí mismo vas a encontrar a un gran número de profesionales que te servirán como guías para que alcances tu máximo potencial personal y profesional. ¿A qué esperas? ¡Arranca ya!
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